Los Comicios Generales del pasado 28 de abril provocaron no solo la disolución de las Cortes y la elección de un nuevo gobierno, sino también la paralización de todo el trabajo que se estaba llevando hasta la fecha para poder anunciar una subasta de renovables en este mismo año 2019, tal y como lo han confirmado fuentes del **IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía) **a este diario.
Aunque no pueden asegurar si dará tiempo a convocar en este año, estas mismas fuentes han señalado que desde el IDAE se sigue trabajando en ello, y que lo están ajustando al texto que el Gobierno en febrero pasado publicó en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), es decir, a un modelo que pueda responder a las necesidades del proceso de descarbonización de la economía del país.
La potencia a subastar, por tanto, según este marco de energía y clima, sería de al menos 3.000 MW y, además, permitiría desarrollar nuevos marcos retributivos para la generación renovable basados en el reconocimiento a largo plazo de un precio fijo por la energía generada, es decir, que se retribuya en función de la energía producida y no como en las tres subastas anteriores de 2015 y 2016 donde se aplicó una fórmula marginalista que se fijaba en el coste de inversión. "Salvo que un cambio en las condiciones de mercado requiera lo contrario, en las convocatorias el producto a subastar será la energía eléctrica a generar y la variable sobre la que se ofertará será el precio de dicha energía", dice el documento presentado en Bruselas.
También se incluye la posibilidad de que concurran a la subasta tanto proyectos de remaquinación (con potencia inferior o igual a la de la instalación existente) como de repotenciación (que supongan un aumento de la potencia).
Las futuras subastas también se realizarán mediante procedimientos de concurrencia competitiva, en los que se podrá distinguir entre distintas tecnologías de generación. Con ello se pretende que se alcance en el año 2030 una potencia total instalada en el sector eléctrico de 157 GW, de los que 50 GW serán de eólica; 37 GW solar fotovoltaica; 27 GW ciclos combinados de gas; 16 GW hidráulica; 8 GW bombeo; 7 GW solar termoeléctrica; y 3 GW nuclear, así como cantidades menores de otras tecnologías.
Una subasta muy diferente a las anteriores
La nueva subasta será muy diferente a las tres subastas convocadas por el anterior ministro Álvaro Nadal hace poco menos de tres años. El nuevo gobierno, con una más que posible Teresa Ribera de nuevo al frente del Ministerio de Transición Ecológica, continuaría con su idea de introducir algunas modificaciones que hagan que estas pujas sean homologables internacionalmente para enviar señales claras al mercado, como ha dicho la ministra en funciones en numerosas ocasiones.
En otros países de nuestro entorno, según un informe de la patronal fotovoltaica UNEF, "las cantidades a subastar se conceden en función de la energía producida y no de la potencia instalada, para una mayor certidumbre en la consecución de los objetivos establecidos por la UE", y "los trámites administrativos de las subastas son lo más simples posibles para que cualquier empresa o particular pueda licitar". Además, "para garantizar una mayor competencia en el sector y reducir una posible concentración de empresas grandes en el mismo, se establece una reserva de un 20% de la energía a subastar para plantas con una potencia inferior a 10MW".
Las subastas de muchos países europeos y también de Latinoamérica coinciden en varios puntos en el diseño de las subastas, "la tecnología de los proyectos, el precio final de la energía producida y las cuotas a adjudicar". Seguramente se tendrá en cuenta lo que se hace fuera y funciona para la futura subasta en España.
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