El próximo mes de noviembre se desvelará, por fin, el informe sobre la viabilidad de reabrir la central nuclear de Garoña y se sabrá si el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) dictamina a favor o en contra.
"Es una cuestión básicamente política, el informe iba a presentarse en diciembre pasado, pero se esperó a ver qué ocurría en las elecciones generales del 20D, después se anunció que sería en marzo, pero ante la imposibilidad de formar Gobierno y con unas nuevas elecciones en junio, el CSN anunció que el informe se iba a retrasar a noviembre, porque confiaban en que ya habría Gobierno", señalan fuentes cercanas al organismo nuclear.
"No hay presiones para que se adelante la presentación del informe, porque se espera que después de las elecciones vascas y gallegas ya se forme el Gobierno, pero si no ocurre así, y se convocan unas terceras elecciones, el informe sobre Garoña se pospondrá hasta que haya gobierno", añaden.
Las quinielas sobre la idoneidad de reabrir la nuclear más vieja de España no albergan muchas dudas, "se espera que el informe sea favorable aunque con condiciones económicas lo suficientemente duras como para que las eléctricas propietarias de la central, Iberdrola y Endesa, anuncien que no les compense ponerla en marcha", explican, "pero con ello les servirá de precedente para cuando les llegue el turno al resto de nucleares".
Informe 2015 del CSN
Precisamente esta semana la recién constituida Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados, ha calificado el Informe del CSN del año 2015. En él, se hace referencia a las diferentes actuaciones realizadas a lo largo del pasado año. Las más importantes son las relativas a la puesta a punto de la central para que cumpla los mínimos en caso de que finalmente se decida reactivarla, y que aparecen reflejadas en informes semestrales de evaluación desde el 8 de enero de 2014, día en el que el Pleno del Consejo aprobó un nuevo sistema de supervisión y seguimiento (SSG) para adaptarse a la situación de cese de explotación.
Además, se le aplicaron los requisitos post-Fukushima, que "fueron adaptados a su situación de cese mediante la ITC-5 (instrucción técnica complementaria)". Y si bien el informe revela que "el proceso de evaluación de la solicitud de renovación de la autorización de explotación de la central ha seguido su curso, algunas evaluaciones han acumulado cierto retraso debido a la falta de información necesaria y pendiente de envío por el titular y al retraso del titular en la implantación de las modificaciones requeridas".
Entre ellas figura "el simulacro anual de plan de emergencia interior, que se realizó el 16 de abril de 2015. Se simuló la ocurrencia de varias explosiones en el interior de la instalación, fruto de un sabotaje, cuyos efectos impidieron la refrigeración y aporte de agua a la piscina de combustible y daños en la misma. La reducción del nivel de agua dio lugar al descubrimiento de los elementos combustibles con el consiguiente aumento de los niveles de radiación en el interior del edificio del reactor y la liberación de material radiactivo al exterior". Este hecho para el CSN "superó los valores para los que sería necesaria la adopción de medidas de protección a la población".
También queda pendiente conocer el estado del futuro ATI (Almacén Temporal Individualizado) "basado en el uso del contenedor ENUN 52B, cuyo diseño se aprobó a final de 2014", porque parte del combustible gastado se encuentra en los ATIs de Ascó, José Cabrera y Trillo y parte en las piscinas de la central: "La piscina de [...] Garoña, parada desde diciembre de 2012, alberga desde final del mismo año los 400 elementos combustibles descargados del núcleo, además del combustible gastado generado desde 1982 (2.505 elementos en total), siendo 104 las posiciones libres".
En definitiva, que el próximo informe sobre Garoña dará a conocer cuáles son las modificaciones técnicas que ya se han llevado a cabo pero, sobre todo, las que se deberán realizar para una posible puesta en marcha.
Jose
15/09/2016