El fracking está cerca de regularse en Alemania y el lobby verde ha iniciado los primeros pasos para frenar su desarrollo en la primera potencia económica europea.
Un nuevo estudio de Energy Watch Group (EWG) examina las consecuencias de la fractura hidráulica en Estados Unidos. Dicho informe critica la expansión de la extracción de gas de esquisto en Alemania y Europa. Según EWG, los costos y los daños ambientales producidos por el fracking están fuera de toda proporción con la cantidad de materias primas extraídas.
Una de las principales conclusiones del informe es que el boom del fracking en EEUU está llegando a su fin. Para ello, EWG, organización dirigida por el parlamentario verde Hans-Josef Fell, asegura que el fracking implica una enorme destrucción del medio ambiente, un alto consumo de aguas subterráneas y la extracción de arena a gran escala.
Pero el informe no se queda solo ahí. El endeudamiento de las empresas en la industria del fracking está en constante aumento, dice el informe. La caída en los precios del petróleo desde el otoño de 2014 -un fenómeno relacionado con la depreciación financiera de las reservas de petróleo y gas - ha causado problemas financieros para muchas empresas. La industria del gas de esquisto no lo está haciendo bien, dicen los autores del estudio. Los despidos masivos y bancarrotas revelan la verdadera historia detrás del cuadro optimista de un brazo fiable y de larga estabilidad en la economía fósil.
Hasta el momento, la fracturación en una escala comercialmente relevante se ha producido principalmente en Estados Unidos. En 2005, el entonces presidente George W. Bush aflojó las regulaciones ambientales para el fracking. Como resultado, la producción de gas de Estados Unidos ha venido aumentando considerablemente desde entonces. "Esto ha atraído a muchos a creer en la falacia de un supuesto boom de décadas para la industria del fracking", critica el informe
El estudio ofrece una visión general de las consecuencias de una posible expansión de la extracción de gas de esquisto en Alemania, basado en la experiencia americana. "El aparente éxito en el extranjero no puede ser transferido de igual a igual a Europa, donde otras condiciones prevalecen. En la UE, el fracking tiene muy bajo potencial", aseguran los autores.
Es aquí cuando el lobby verde carga contra los políticos que apuesta por la industria del fracking, que entre otras cosas, ha ayudado a reducir los costes energéticos a niveles insospechados. Esas críticas a los políticos van dirigidas a la figura del vicepresidente energético de la nueva Comisión Europea, Maros Sefcovic, al que acusa de querer proceder con la extracción de gas mediante fracking a toda costa.
"La experiencia de Estados Unidos muestra que el éxito a corto plazo fue comprado al precio de grandes daños colaterales. El año pasado, Nueva York promulgó una prohibición de fracking. Y en Alemania, el fracking no será capaz de reproducir casi el papel que ha jugado en los EEUU. Es pura ilusión creer que uno podría repetir los éxitos de Estados Unidos y al mismo tiempo minimizar los efectos ambientales asociados. Francia ya ha impuesto una prohibición de fracking, y varios otros países de la UE han instituido una moratoria. ¿Por qué Alemania debe asumir los riesgos cuando el debate de la política energética y climática requiere otras medidas? ", se pregunta el Dr. Werner Zittel, autor del estudio y director de la Fundación Ludwig Bölkow.
Desde diciembre de 2014, la propuesta de ley frackingha generado un intenso debate, con mucha polémica. Este mes, el Bundestag alemán comenzará las deliberaciones sobre el reglamento del fracking. Para el Energy Watch Group esta situación especial, que requiere una decisión socialmente responsable compatible con la política climática, les inspiró para preparar este informe provisional. "Es totalmente incomprensible que exista una política gubernamental para el fracking que se extiende desde Bruselas a Londres o Berlín, a expensas de la protección del medio ambiente y contra la voluntad de la población afectada, mientras que al mismo tiempo se pone una presión continua sobre la expansión de las energías renovables", dice Hans-Josef Fell, presidente del Energy Watch Group.
El informe está ahí. La presión del fortísimo lobby verde alemán también. La respuesta por parte del Bundestag se conocerá en las próximas semanas. Y esa decisión afectará al resto de Europa. Si Alemania apuesta por el fracking, otros países se subirán al carro. Y España será uno de ellos. Para ello el Gobierno ya ha aprobado una regulación para desarrollar esta industria. Eso sí, con los mayores estándares de protección del medio ambiente y de los ciudadanos.
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