El gobierno de Cataluña estima que en 2050 unas 80.000 hectáreas, el 2,5 % del territorio catalán, estarán ocupadas por instalaciones de energías renovables, como la eólica terrestre o la fotovoltaica.
Así se desprende del informe “Prospectiva energética de Cataluña 2050”, elaborado por el Instituto Catalán de la Energía (ICAEN) y presentado este viernes en rueda de prensa por la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà.
La directora del ICAEN, Marta Morera, ha explicado que en este cálculo entra toda la superficie que ocuparían las instalaciones de fotovoltaica pero, en el caso de las eólicas, solamente lo destinado por las bases de los molinos y por las líneas de evacuación.
Ello, partiendo de la base de que el Govern catalán se propone alcanzar para el año 2050 los 62.000 megavatios (MW) de energías renovables, lo que conllevaría multiplicar por 18 la actual potencia renovable instalada.
Estos datos incluyen el aprovechamiento del potencial fotovoltaico existente en los edificios y otros espacios antropizados. Se ha previsto la instalación de más de 11.000 MW en instalaciones fotovoltaicas en edificios y 2.600 MW de energía fotovoltaica en otros espacios antropizados, que aportarán hasta el 40% del total de la energía solar que se genere en Cataluña. En conjunto, hasta 2050 entrarán en servicio alrededor de las 500.000 instalaciones de energía eléctrica en tejados y cubiertas, muchas de ellas asociadas a sistemas de autoconsumo y generación distribuida, que permitirán aprovechar hasta un 65% de su total potencial.
De este modo se lograría hacer frente al cierre previsto de la energía nuclear y que, para 2050, el 50 % de la energía consumida sea eólica y el 43 % fotovoltaica.
Recientemente, la Cámara de Comercio de Barcelona elevó a 576.254 las hectáreas ocupadas en Cataluña en 2050 por las instalaciones de energías renovables, es decir el 17,9 % del territorio catalán.
Con todo, esta corporación de derecho público usó parámetros distintos a los del Govern y consideró que una parte importante de esas 576.254 hectáreas podría reducirse aprovechando los tejados de las viviendas y de los edificios, los polígonos industriales o bien recurriendo a la eólica marina, elementos que no tuvo en cuenta en su cálculo.