El sistema europeo de comercio de emisiones ( EU ETS ) y el precio nacional del carbono proporcionaron a Alemania un récord de 13.200 millones de euros por la venta de derechos de contaminación por dióxido de carbono en 2022, dijo la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA).
El comercio de emisiones europeo en los sectores de la energía y la industria generó 6.800 millones de euros en ingresos, y 6.400 millones de euros provinieron del sistema nacional de transporte y combustibles para calefacción. “La fijación de precios del CO2 mediante el comercio de emisiones es una herramienta crucial para lograr nuestros objetivos climáticos”, dijo el director de la UBA, Dirk Messner.
Los ingresos irán directamente al Fondo para el Clima y la Transformación (KTF), que, por ejemplo, apoya el desarrollo de la electromovilidad, el desarrollo de la industria del hidrógeno y las medidas de eficiencia energética. En 2021, la Autoridad Alemana de Comercio de Emisiones (DEHSt), responsable del comercio de emisiones en el país, ya había registrado una suma récord de 12.500 millones de euros.
Nuevo sistema alemán
El precio del dióxido de carbono está destinado a dar a las empresas un incentivo para reducir el uso de combustibles fósiles. En 2021, Alemania introdujo su propio sistema nacional para cubrir los sectores de la construcción y el transporte, que complementa el EU ETS, vigente desde 2005, que cubre las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas, las grandes instalaciones industriales y el tráfico aéreo europeo.
En Alemania, los certificados de CO2 se emiten a un precio fijo de 30 euros por tonelada en 2023, el mismo nivel de precio que el año pasado, para proteger a los consumidores del aumento de precios en la crisis energética. “La acción climática ambiciosa, la compatibilidad social y la competitividad económica no están reñidas aquí, sino que se armonizan gracias al comercio de emisiones”, dijo Messner.
En diciembre, los negociadores del Parlamento Europeo, los gobiernos de los estados miembros y la Comisión Europea llegaron a un acuerdo para fortalecer el mercado de carbono existente para la industria y el sector eléctrico, introducir un nuevo precio de CO2 para los combustibles en los sectores de la construcción y el transporte, y establecer un fondo para ayudar a los consumidores a hacer frente a los costes.
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