En un encuentro con medios de comunicación, Collantes ha explicado que las obras se terminaron a finales del pasado año y actualmente el proyecto se encuentra en fase de pruebas, de manera que una vez comprobado el funcionamiento de todos los sistemas pueda estar en operación comercial en torno a junio.
Una vez en funcionamiento, la capacidad de interconexión entre Francia y España pasará del 3% actual al 6%, una cifra que se sitúa muy por debajo del 10% que recomienda la Unión Europea.
Por ello, Red Eléctrica y su homólogo francés RTE ya trabajan en el estudio de una nueva línea, que cruzaría el golfo de Vizcaya y llegaría hasta Aquitania, un enlace submarino de unos 400 kilómetros de largo.
Estos estudios, cuyo coste asciende a unos 10 millones de euros, incluyen también un análisis del fondo marino y prevén estar terminados el próximo año, lo que permitirá decidir si se construye esta nueva infraestructura, que tendría un coste de entre los 1.600 y los 1.900 millones de euros, según las primeras estimaciones.
También están encima de la mesa otros proyectos adicionales para mejorar la interconexión que Collantes no ha desvelado.
En lo que respecta al enlace Santa Llogaia-Baixàs, se trata de una línea soterrada de 64,5 kilómetros, de los que 8 kilómetros se encuentran en un túnel que cruza los Pirineos, cuyo coste ha ascendido a 700 millones de euros, de los que 225 millones han sido sufragados por una subvención de la Unión Europea.
Un reto tecnológico
En términos técnicos, Collantes ha subrayado que este proyecto ha sido "un reto tecnológico" que podría sentar precedentes para futuras interconexiones, debido a la innovadora tecnología de corriente continua utilizada y al hecho de que las estaciones conversoras de ambos lados del túnel sean reversibles.
También ha destacado que la línea se ha construido con el consenso de todos los municipios tanto de la parte francesa como de la española, a pesar de que Cataluña ha resultado "un territorio difícil" por su elevada contestación social.
Además, se trata de la primera interconexión con Francia que se construye desde hace treinta años, lo que permitirá aprovechar mejor el parque generador de ambos países, favorecer la integración de renovables y mejorar la seguridad de suministro en Gerona.
Otro factor positivo es su contribución a la creación de un mercado único de la electricidad en Europa, lo que debería ayudar a la bajada de los precios en todo el continente.
A pesar de todos estos esfuerzos, Collantes ha reconocido que "tenemos que correr mucho" para alcanzar el objetivo europeo de un 10% de interconexión en 2020.
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