El OIEA alertó del riesgo para la seguridad nuclear que suponen los intensos ataques rusos a la infraestructura energética de Ucrania, pues pueden causar cortes en el suministro eléctrico que necesitan recibir permanentemente las plantas nucleares del país atacado.
En un comunicado, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) recuerda que "la red eléctrica de Ucrania se ha visto gravemente afectada por el conflicto, con grandes daños causados por ataques a la infraestructura en los últimos meses".
Los ataques a las redes eléctricas de Ucrania
"Los riesgos persistentes relacionados con la disponibilidad de energía externa siguen siendo una fuente de profunda preocupación para la seguridad nuclear", subraya en la nota el argentino Rafael Grossi, director general del organismo con sede en Viena.
"Sigo sumamente preocupado por la situación energética externa de las centrales nucleares de Ucrania (...) Es esencial que la infraestructura energética esté protegida y preservada en todo momento", añade.
Informa de que el equipo del OIEA estacionado en la central atómica de Zaporiyia (ZNPP), la más grande de Europa, ha seguido escuchando indicios de actividad militar durante la semana pasada, incluidas dos explosiones cerca del lugar los pasados días 16 y 17.
Zaporiyia
No obstante, los operadores de la ZNPP aseguraron a los expertos del organismo que no se había producido ningún impacto en la instalación ni en sus inmediaciones.
Situada en el sureste de Ucrania, la planta de Zaporiyia está controlada por Rusia.
El OIEA -la agencia del sistema de la ONU encargada de velar por el uso pacífico de la tecnología nuclear- confirmó que "la subestación (de distribución eléctrica) de Luch, en la ciudad de Enerhodar, fue destruida" el miércoles pasado, aparentemente por un ataque con drones.
"A raíz de este suceso, Enerhodar, donde vive la mayor parte del personal de la ZNPP y que funcionaba con las subestaciones de Luch y Raduga, se quedó sin energía eléctrica el miércoles por la noche", señala el comunicado.
Al acudir el jueves a la citada subestación, que suministra electricidad a partes de la ciudad de Enerhodar y a otras zonas, el equipo del OIEA constató que había sido destruida y que no estaba operativa.
Aunque partes de la ciudad reciben desde ayer electricidad a través de la línea eléctrica de Raduga, los daños causados "tuvieron un impacto directo en el personal de la planta que vive en Enerhodar, inmediatamente adyacente a la planta, y por tanto también en la seguridad nuclear tecnológica y física", advierte Grossi.
Para el director general del OIEA, lo sucedido es "otro fuerte recordatorio de que es esencial tener una conexión confiable entre una central nuclear y la red externa para mantener la seguridad nuclear, tanto en las plantas operativas como en las paradas".
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