El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) comenzará mañana a estudiar el informe técnico sobre la renovación de la licencia de explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos) hasta los 60 años de su vida útil, que se prevé dure semanas.
Desde el CSN han informado de que el pleno de mañana tiene un carácter meramente "informativo" y de momento no se tomarán decisiones al respecto debido a que el informe remitido a los técnicos es "voluminoso", hay mucho material que estudiar y el resultado puede demorarse semanas.
El CSN, máximo responsable en materia de seguridad nuclear y protección radiológica del país, debe elaborar un informe con los requisitos necesarios para la reanudación de Garoña, en parada desde diciembre de 2012 por decisión de sus propietarios (Nuclenor, participada al 50 % por Iberdrola y Endesa).
El informe tiene carácter preceptivo y vinculante; si es negativo obligaría al cierre de la planta, y si es positivo dejaría la decisión última en manos de Industria y el Consejo de Ministros.
Según fuentes del Consejo consultadas por EFE, la decisión sobre Garoña "no se prevé fácil y requerirá semanas para su resolución".
Se trata de una cuestión de gran densidad con muchos condicionantes asociados para Nuclenor, la empresa propietaria de la central, y, en cualquier caso, se tratará de un dictamen técnico, tras el cual el Gobierno tendrá la última decisión sobre la reapertura o no de la planta.
Según diversas fuentes, la decisión técnica sería finalmente favorable, si bien con un elevado número y muy exigentes de condicionantes técnicos e inversiones para los propietarios en materia de seguridad.
Con ese dictamen y la eventual aprobación de Industria, la empresa podría finalmente declinar la reapertura de la planta.
Paco Castejón, ingeniero nuclear y miembro de Ecologistas en Acción, ha explicado que los miembros del pleno tienen la facultad de pedir un aplazamiento de la decisión por lo que ésta no podría adoptarse mañana sino la semana que viene.
A su juicio, el informe resultante del pleno será "positivo condicionado", es decir, el CSN autorizará el funcionamiento de la central de Garoña con una serie de condiciones que Nuclenor deberá aceptar para que se ponga en funcionamiento.
Entre las condiciones, Castejón ha matizado que existen una batería de cambios a introducir en la central antes de su puesta en marcha, entre las que ha resaltado el cambio de cientos de kilómetros de cables o la torre de enfriamiento que la Confederación Hidrográfica del Ebro impone para la reapertura de Garoña.
Además ha destacado los precedentes que sentaría en el parque nuclear español la puesta en funcionamiento de una central, que actualmente se encuentra en unas condiciones "deleznables".
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