Almacenamiento de energías renovables, alternativa para la movilidad cero emisiones, sustituto del gas natural en los procesos industriales, generador de energía térmica... El hidrógeno se presenta como un vector energético imprescindible hacia un horizonte sin emisiones contaminantes y como un fiel sustituto del gas natural, por eso el sector de los hidrocarburos está cada vez más interesado en formar parte de ello.
"Hay que descarbonizar el transporte, y me refiero a la aviación, el transporte pesado, los vehículos privados, el ferrocarril, el transporte marítimo", explica Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AEH), "pero también el sector eléctrico, todo tipo de industrias incluidas la de las materias primas y el sector residencial... y la tecnología del hidrógeno es una opción que ya está preparada, es competitiva y existe desde hace varias décadas en el mercado".
"Se habla de alternativas puntuales que no resuelven el problema en su conjunto, pero esa respuesta la puede dar el hidrógeno", dice.
Por eso, pide que para que el sector tenga un desarrollo estable y con señales para la inversión, es necesaria una regulación que defina cuál es el modelo de negocio que se puede seguir.
Almacenamiento de la generación renovable
Según el responsable de AEH, "la electricidad renovable que no se consuma se puede transformar y almacenar en forma de hidrógeno mediante el proceso de la electrólisis, y puede volver a usarse como generador de energía cuando se necesita". La bajada del precio de las renovables en los últimos años ha hecho viable la entrada del hidrógeno en el mercado y su principal atractivo es que puede almacenarse durante años como ocurre con el gas natural.
"El PNIEC español, que ha vuelto de Bruselas sin ningún comentario, pretende un sistema eléctrico altamente renovable (el 74% de la generación) y para ello es importante una buena gestión de la energía", señala.
El Plan de Energía y Clima propone instalar 69 GW de renovables mientras se cierran 15 GW de centrales convencionales (4 GW de nucleares, 9 GW de carbón y 2 GW de ciclos). "El problema en España es que en primavera y sobre todo en verano hay un exceso de producción neta pese a picos de consumo por los aires acondicionados, mientras que en otoño y en invierno falta generación", continúa, "tenemos que almacenar 8 TWh de excedentes eléctricos al año y no puede ser de otra manera que mediante el hidrógeno".
"Ya se ha probado que el hidrógeno es capaz de mantenerse almacenado por años, como es el caso de cavernas de sal en EEUU donde hasta ahora se almacenaba gas natural". Y si España genera mucha electricidad renovable y tiene excedentes para almacenar en forma de hidrógeno, también se podría abrir un mercado internacional de hidrógeno para la exportación e importación, al igual que se hace con el gas natural.
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Además, en almacenamiento estacionario, el hidrógeno gana por goleada en precios. "Es 100 veces más cara una batería de litio de estacionamiento". Por ejemplo, el coste de 1 kWh del plomo es de 200 euros, el del litio es de 700 euros y el del hidrógeno es de 7 euros, "pero solo es posible para un sistema que supere el tamaño de 1 GWh", especifica.
Objetivo: reemplazar al gas natural
El hidrógeno tiene la misión de reemplazar al gas natural a medio-largo plazo. Y en los procesos industriales es una alternativa perfecta para que las empresas lo incluyan en sus planes de descarbonización. "Las turbinas de gas actuales en la industria pueden trabajar con hidrógeno sin problema, soportan hasta una mezcla de un 85% de hidrógeno y un 15% de gas natural", lo que rebajaría sus emisiones de gases contaminantes.
Y además, la eficiencia energética resulta de dos a tres veces superior a la de un motor térmico.
Pero no solo es compatible con una estrategia de descarbonización en la industria, también como calor térmico para el sector residencial o de los edificios en general. Y aunque Brey reconoce que se necesita otra infraestructura diferente a la que existen actualmente para el uso del gas natural, se puede ir reemplazando en las próximas décadas como ha ocurrido con otros combustibles en el pasado.
"Por ejemplo, en los años 50 existía el gas ciudad que poco a poco fue sustituido por el gas natural. Para ello, hubo que hacer una reconstrucción de las infraestructuras, y no pasó nada. También se tuvieron que adaptar las infraestructuras al gas metano y se hizo", explica. Le ha llegado el turno al hidrógeno verde.
"En 2040 el hidrógeno va a sustituir al gas natural pero sería muy aventurado decir en qué porcentaje, en qué sectores o cómo se va a hacer", señala, "las redes de distribución de gas permiten una mezcla máxima de 20%-80% de hidrógeno y gas natural pero la ley en España, para evitar problemas, lo reduce hasta el 5% de H2. Por el momento es una solución de transición y sustituir ese porcentaje de gas natural por hidrógeno evitaría la emisión de 5 millones de TN/CO2 al año a la atmósfera".
Este cambio está por llegar en nuestro país, pero ya está ocurriendo en otros, como Alemania, China o Japón. "Ya hay cooperativas energéticas que consumen hidrógeno, producen hidrógeno y quieren llegar al mayor número de consumidores".
Un duro competidor: el vehículo de pila de combustible
El vehículo de hidrógeno o de pila de combustible no está muy implantado en España. De hecho, hasta la fecha solo hay 6.000 coches matriculados en todo nuestro territorio y tan solo cuatro hidrogeneras (Sevilla, Huesca, Albacete y Puertollano en Ciudad Real), pero tiene varias ventajas a su favor: solo emite vapor de agua, la recarga es tan rápida como la de un coche de combustión y el sistema del vehículo es como la de uno eléctrico.
"El precio del hidrógeno será competitivo respecto al de la gasolina cuando alcance los 10 dólares/kg y en usos industriales debería estar por debajo de los 20 $/Kg", explica Javier Brey, "pero en el caso de los vehículos, cada vez se hacen modelos con una mayor autonomía sin repostar".
En 2019 China ha presentado un último modelo que soporta hasta 1.000 km de autonomía, gracias a poder almacenar más hidrógeno en sus tanques y que sus motores son mucho más eficientes. "Y el peso es apenas irrelevante, mucho más si se compara con el peso de las baterías de ion litio de los coches eléctricos".
Pero el sector del vehículo de hidrógeno no está centrado en el vehículo privado. Autobuses, sectores empresariales que necesiten estar en constante movimiento como pueden ser los taxistas, la paquetería o la mensajería, flotas de vehículos, pero también el transporte pesado en carretera e incluso el transporte marítimo y ferroviario tienen en el hidrógeno un aliado para no contaminar.
"Si en España se adoptase un Plan Nacional del Hidrógeno como se está haciendo en los países del norte de Europa, esto supondría la creación de 227.000 nuevos empleos que también vendrían de reconvertirse del sector de los combustibles fósiles, unas emisiones de CO2 evitadas anualmente de 15,12 millones de toneladas, y un parque de 140.000 de vehículos de pila de combustible", concluye "la inversión acumulada estimada para poder llevarlo a cabo es de unos 3.560 millones de euros en los próximos diez años".
Martin
28/11/2019