La última ronda de sanciones de EEUU a Irán, que ahora afecta a las refinerías de petróleo chinas denominadas «de tetera» -pequeñas instalaciones de propiedad independiente-, indica una creciente determinación de apretar la soga económica en torno a la administración de Teherán. Estas medidas, cuyas posibles consecuencias van mucho más allá de Irán, podrían reconfigurar la geopolítica, perturbar la economía mundial y conmocionar los mercados energéticos.
El tira y afloja entre EEUU e Irán podría afectar a los mercados energéticos
Las medidas, cuyas posibles consecuencias van mucho más allá de Irán, podrían reconfigurar la geopolítica, perturbar la economía mundial y conmocionar los mercados energéticos, según Rystad Energy

Aunque todavía no se ha llegado a una situación de «máxima presión» -en la que las exportaciones de petróleo iraní podrían caer de 1,5 millones de barriles diarios (bpd) a casi cero-, Washington está intensificando sus esfuerzos para empujar a Teherán de nuevo a la mesa de negociaciones para un nuevo acuerdo nuclear. Sin embargo, la escalada de la presión podría hacer subir los precios del petróleo, lo que chocaría con el objetivo del presidente estadounidense, Donald Trump, de reducir los costes energéticos para luchar contra la inflación, como prometió en su discurso de investidura de enero.
Los datos de Rystad Energy sobre los flujos comerciales de petróleo muestran que casi todas las exportaciones de crudo iraní se dirigen a China, por lo que lograr una presión máxima efectiva requeriría la cooperación del gobierno chino.
“Apuntar a un comprador chino también puede ser una señal de presión sobre China, el mayor importador de petróleo iraní, para que reduzca o cese sus compras. Esta es la cuarta ronda de sanciones, y la presión se intensifica con cada una de ellas. Pocos días antes, EEUU había revocado una exención de sanciones que permitía a Irak comprar electricidad a Irán, lo que aumentó aún más la presión económica sobre Teherán”, dice Jorge León, jefe de Análisis Geopolítico de Rystad Energy

La eficacia de estas sanciones para obligar a Irán a negociar aún no está clara. El análisis de Rystad Energy sugiere que, si Irán sigue sin responder, Estados Unidos podría introducir nuevas sanciones. Trump ha señalado repetidamente su deseo de un nuevo acuerdo nuclear, instando a Irán a volver a la mesa de negociaciones. Aunque los efectos inmediatos de estas sanciones pueden ser limitados, envían una señal clara sobre la intención de la administración estadounidense de intensificar la presión sobre Irán
Además, la decisión de la OPEP+ de aumentar la producción podría desempeñar un papel clave en la configuración del planteamiento estadounidense de máxima presión sobre Irán. La reciente caída de los precios del petróleo -debida en parte al aumento de la producción de la OPEP+- podría crear un entorno favorable para que Estados Unidos imponga sanciones más estrictas a Irán.
“Con los precios del petróleo rondando los 70 dólares por barril, las condiciones actuales del mercado podrían dar a Estados Unidos una ventaja estratégica. La OPEP+ podría estar aumentando su producción en previsión de posibles sanciones estadounidenses, lo que ayudaría a compensar una pérdida de hasta 1,5 millones de barriles diarios de las exportaciones iraníes sin desestabilizar los precios mundiales del petróleo”, añade Jorge León.
Llamativamente, las exportaciones de crudo iraní se dispararon en enero a casi 1,5 millones de bpd, la cifra más alta desde mayo de 2024 y la segunda más alta desde marzo de 2019. Este aumento puede indicar las expectativas de Teherán ante las próximas presiones de EEUU.
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