En el juego del mus se lanza un órdago con el objetivo de ganar la partida. Pero se puede echar por distintas circunstancias del juego. Porque llevas cartas y quieres ganar el juego, porque no llevas nada y se lo quieres levantar a tu contrincante, porque estás desesperado y lo lanzas a todo para tratar de remontar la partida. Lo normal cuando se lanza un órdago es que está pronto el final de la partida y se tiene que tomar una decisión final.
Eso es lo que le pasa a la central nuclear de Almaraz y más en concreto a su reactor número uno. Llevan meses eléctricas y Gobierno con un tira y afloja por el cierre del reactor, pero no hay visos de ningún tipo de acercamiento. El Gobierno no sale de sus trece y sigue con su cierre nuclear a la espera de que sean las eléctricas las que movieran pieza.
Y el órdago ya lo tienen sobre la mesa. Las grandes compañías propietarias de Almaraz (Iberdrola, Endesa y Naturgy) han decidido "echar todas" y solicitar una nueva prórroga por Almaraz I, al menos por los tres años que le cubre el último visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear por la anterior prórroga, tal y como adelantó el diario El País.
El Gobierno se tiene que mojar
Y eso a pesar de que en la Orden de cierre de Almaraz I queda bien claro que es la última y definitiva prórroga que se otorgaba a las compañías que son propietaras de CNAT, la empresa que aglutinas las centrales de Almaraz y Trillo.
Pero al pedir una nueva prórroga, amén de que el CSN se tenga que pronunciar, lo tiene que hacer también el Gobierno. Y tendrá que decidir qué hacer finalmente con la central. Si dejarla operar o mantener el calendario de cierre previsto para octubre 2027.
Esta es la última bala de las eléctricas. El tiempo se echa encima y de momento les toca remontar en la partida de mus. Pero es un órdago bien echado, porque ahora es el Gobierno (que decía que el cierre no era cosa suya cuando todo el sector sabe que sí), quien se tiene que pronunciar y hacer pública su opinión. Es que ha evitado dar durante decenas de meses.
Siempre ha estado echando balones fuera, como si con él no fuera la cosa. Estaba ganando tiempo. La contrarreloj estaba en marcha y cuanto más pasaba el tiempo, mejor para él.
Pero se entra en la recta final. Enresa ya ha comenzado a preparar el que será (o no) el primer cierre de los reactores activos. Todavía tiene tres entre manos (Vandellós I, Garoña y José Cabrera). Y no sabe ni cómo comenzar. Realmente, en el mejor de los casos el desmantelamiento no se llevaría a cabo hasta 2028 cuando Almaraz II se apagase si se diese el caso.
Se abre el proceso
Ahora a finales de mes, las eléctricas tienen que entregar su documentación al respecto al Consejo de Seguridad Nuclear y éste sería el pistoletazo de salida. Pero aún hay tiempo.
Por eso, las eléctricas han querido echar el último órdago por Almaraz. Quieren escuchar al Gobierno que se pronuncie en contra de la energía nuclear en un momento delicado si se tiene en cuenta el papel de la energía nuclear dentro del sistema eléctrico y que hubo un apagón en toda la península hace sólo unos meses y del que nadie se hace responsable.
Pero el Ministerio ha querido lanzarle a las eléctricas una respuesta en forma de entrevista del secretario de Estado de Energía, Joan Groizard. "No vamos a trasladar a los consumidores los costes de alargar la vida de las nucleares", ha dicho a El Correo este fin de semana.
Ahora es cuando toca interpretar. ¿Qué quiere decir el secretario con ello? Si algo que está activo y tiene un coste x, ¿por qué va a suponer más coste mantenerlo abierto del que ya se paga? Alargar la vida de las nucleares no supone un mayor coste del actual, es más, incluso podría ser más barato si se eliminasen impuestos y el coste de los residuos lo pagarían las propietarias de las centrales.
¿Qué costes tiene el cierre o el alargamiento de las centrales?
Tampoco explica el secretario que el cierre sí va a suponer un mayor coste a los ciudadanos en forma de mayor pago por la electricidad. La energía nuclear será sustituida en primer término por ciclos combinados de gas, y el ciudadano y las empresas e industrias ya saben lo que ello significa, un mayor coste. Se está viendo estos días con el modo reforzado (que debería cambiarse de nombre por normal) que una mayor presencia de ciclos significa pagar más por la electricidad.
Amén del incremento de emisiones que supondría tal cierre nuclear si se llevase a cabo. Ahora el Gobierno está jugando sus cartas. Todo el mundo tiene clara cuál es su posición, cerrar las nucleares, y es una cuestión únicamente ideológica. No hay nada técnico detrás. Ha aumentado la fiscalidad y la Tasa Enresa hasta ahogar a las compañías y hacerlas inviables. Así tiene la excusa. Pero de todas formas, por qué no se explican las verdaderas cuentas de la nuclear. Por qué no se ponen todas las cartas sobre la mesa y se explican sus costes y lo que supondría el cierre o su alargamiento.
Pero ahora lo van a tener que explicar al solicitar las compañías una nueva prórroga. La partida no está decidida. Y además luego están las elecciones, que un cambio de gobierno podría mantener operativas las centrales nucleares.






Asimov
20/10/2025