El Gobierno ha dado la autorización ambiental a Endesa para el desmantelamiento y posterior demolición de las tres unidades que aún quedan en funcionamiento en la central térmica de Compostilla (Cubillos del Sil, León).
Según ha publicado el BOE, el Gobierno asegura que "no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente, siempre y cuando se cumplan las medidas y condiciones establecidas en el documento ambiental".
Compostilla consta de cinco grupos de generación térmica de los cuales, actualmente sólo tres están activos (grupos 3, 4 y 5). La ejecución del proyecto de desmantelamiento y demolición se prevé para un periodo de cuatro años desde el momento en que se autorice el cierre y baja de la central.
La central térmica Compostilla se encuentra al oeste del embalse de Bárcena, ocupando una parcela de 332,9 ha, entre los términos municipales de Cubillos de Sil y Ponferrada (León). Dado el carácter industrial y profundamente transformado y antropizado del terreno correspondiente a la central térmica Compostilla, la zona de actuación del proyecto no se encuentra dentro del ámbito de figuras de protección ambiental.
En base al informe remitido desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León se determina que no existe coincidencia espacial del proyecto con Espacios Naturales Protegidos ni espacios protegidos por la Red Natura 2000, con hábitat o especies de interés ni con el ámbito de aplicación de planificación de especies. Tampoco existe coincidencia con ecosistemas acuáticos, con montes de utilidad pública, vías
pecuarias o cotos de caza. Asimismo, según el portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León no existen bienes de interés cultural en el municipio de Cubillos del Sil.
Una de las grandes preocupaciones era la posible filtración a aguas subterráneas. "Las potenciales afecciones sobre el medio hídrico son derivadas del posible vertido de aguas contaminadas a algún cauce superficial. El promotor se compromete a que durante la ejecución del proyecto de demolición no se realizará vertido alguno, directo ni indirecto a cauce que pueda deteriorar la calidad de las aguas o modificar las condiciones de desagüe del cauce receptor sin autorización del organismo ambiental correspondiente por lo que no se prevé la disminución de la calidad de las aguas superficiales. La probabilidad de afección a las aguas subterráneas es mínima debido a que la vulnerabilidad de los acuíferos es muy baja en la zona de actuación", dice el documento.
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