Antes de 2030, al menos el 42% de la producción de energía en nuestro país debe proceder de fuentes renovables, según contempla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). En este contexto, la eólica marina –flotante en España por la singularidad de nuestra plataforma continental– es una de las fuentes de energía más prometedoras del panorama de las renovables. Y 2023 está siendo un año decisivo para dibujar este horizonte.
Este pasado febrero el Gobierno dio luz verde a los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), que delimitan las zonas en las que pueden desarrollarse parques eólicos marinos, también denominados offshore. Las cinco demarcaciones trazadas en los POEM suman en total 5.000 kilómetros cuadrados, tan sólo el 0,46% de las aguas nacionales. Sin duda es un punto de partida que nos va a permitir dar los primeros pasos en la ya iniciada carrera de la eólica marina. Pero esto no es incompatible con advertir que se ha impuesto una excesiva cautela en el avance.
Más ambición
En nuestro país, el objetivo de la eólica marina es evidente: transformar el mercado energético y reducir nuestra dependencia de terceros. En este sentido, si bien el compromiso de España es firme, también puede pecar de tibio. De cara a 2030, los objetivos de energía de eólica marina en Europa son de 60 GW. España, por su parte, se ha marcado una horquilla de entre 1 y 3 GW. En Portugal, que cuenta con siete mil kilómetros menos de costa que nuestro país, ya miran hacia los 10 GW. Desde luego, las diferencias son notables.
A pesar del proceso de maduración propio de las fases iniciales –algo más que comprensible en desafíos como este–, es habitual pensar que la prudencia no puede ir de la mano de la ambición. Sin embargo, esto no es cierto para todos los casos. Por descontado, la transición energética de una nación ha de ser ambiciosa. Así, la altura de miras necesaria para proyectos de país como la eólica marina debería excluir las medias tintas. Desde IberBlue Wind tenemos la esperanza de que el futuro Gobierno pueda aumentar su objetivo estratégico y que este llegue a apuntar a los 25 GW.
España, uno de los países con mayor potencial eólico marino
El potencial eólico de España es incuestionable: es el quinto país del mundo en generación de energía eólica terrestre, sólo por detrás de China, Estados Unidos, Alemania e India. Los increíbles recursos eólicos de la Península deben formar parte necesariamente de nuestro capital energético. Y la eólica flotante puede ser determinante en el rumbo que haya de tomar nuestra transición. Todo ello, sumado a la capacidad de la industria tecnológica y naval con la que ya contamos, sólo acentúa la importancia de la labor conjunta de administraciones y promotores para explotar este potencial. Una transición energética justa y las oportunidades que trae consigo seguramente lo merezcan.
La pregunta, por tanto, ya no es si la eólica marina va a convertirse en realidad, sino cuándo y de qué forma. La gestión de los tiempos es fundamental en proyectos de esta envergadura. Desde el inicio, en Iberblue Wind, alineados con la Asociación Empresarial Eólica y el sector en su conjunto, siempre hemos apostado por la definición de un calendario de subastas realista, preciso y transparente, que permita articular de una forma más ordenada una respuesta a la compleja red de actores y factores que componen el mapa de la eólica marina. No hay margen para la improvisación y anticiparnos a los probables cuellos de botella en la ejecución de los proyectos es fundamental para el éxito de los proyectos.
Cadena de valor integrada
Al igual que defendemos que los tiempos no deben alargarse más, en la conversación sobre los plazos y términos normativos también hemos sido claros desde el principio. Los promotores necesitamos un marco regulatorio sólido pero flexible, que garantice, además de la viabilidad de las inversiones. Asimismo, el diseño de las subastas y la adjudicación de proyectos debe tener en cuenta la diversidad de actores presentes en nuestro mercado y la experiencia en eólica offshore. Es igualmente importante que desde las administraciones se contemple el aprovechamiento máximo de las demarcaciones, que permitan espacios multiuso y que, dada la realidad y estrechez de nuestra plataforma continental, prioricen a los promotores con experiencia en desarrollo de proyectos eólicos flotantes.
Al pie del cañón, esto es, al pie de nuestros puertos y costas, el horizonte que se dibuja para la eólica marina no puede ser más optimista. Nuestra red de puertos –las autoridades están trabajando en sus futuras ampliaciones y/o mejoras–, la potencia de la industria naval española y la apuesta por el sector por parte de un destacado ecosistema de compañías seguirán siendo claves para el desarrollo de la eólica marina. Todavía más: España se ha convertido en referente global para la cadena de valor de tecnologías y soluciones de eólica flotante.
En definitiva, el tiempo de la eólica marina es ahora, por lo que conformarse con avistar el futuro ya no es suficiente. Los vientos están a nuestro favor, pero el tiempo apremia: si ya vamos tarde, al menos vayamos con todo.
Dorleta Marina es directora de Proyectos de IberBlue Wind.
galan
19/06/2023