En el corazón de Castilla y León, la planta LIFE CO2 Int Bio se ha convertido en la primera instalación en funcionamiento en Europa dedicada a la captura y valorización de dióxido de carbono neutro. Tras cuatro años de desarrollo y una inversión de 8,9 millones de euros —1,9 millones aportados por la Unión Europea—, el complejo opera desde junio de 2022 y ya suministra 33.000 toneladas anuales de “CO2 verde” a industrias locales.
El proyecto, coordinado por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León junto a Carburos Metálicos, Bioeléctrica de Garray y Enso Operations and Maintenance, ha demostrado que la tecnología de absorción química con aminas, utilizada de forma habitual en plantas de combustibles fósiles, puede aplicarse con éxito a centrales de biomasa.
La tecnología que se emplea en la planta combina absorción química con aminas y un sistema de purificación de última generación. Este proceso, utilizado hasta ahora en instalaciones de combustibles fósiles, se ha adaptado a las características de una central de biomasa. El CO2 procedente de la combustión de restos forestales se captura, se somete a varias etapas de filtrado, enfriado y destilación, y finalmente se convierte en un gas de calidad alimentaria certificado bajo la norma FSSC 22000. Gracias a que la materia prima es biogénica y a que todo el tratamiento se realiza con energía renovable, el resultado es un CO2 de emisiones netas cero, lo que significa que no incrementa la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Cada año se capturan alrededor de 33.000 toneladas de CO2, que se transforman en un producto denominado “CO2 verde”. Este gas se distribuye a industrias alimentarias, químicas y de bebidas, reduciendo de manera significativa la huella de carbono de sectores que necesitan este compuesto para sus procesos. La cercanía de la planta a los clientes locales evita transportes de larga distancia y con ello disminuye también las emisiones asociadas a la logística. En cifras, la iniciativa evita unas 295 toneladas anuales de CO2 solo por transporte, al sustituir envíos desde otras zonas de España, como Tarragona, por un suministro de proximidad.
Economía circular
Además de su contribución directa a la reducción de gases de efecto invernadero, la planta de Garray impulsa la economía circular. El gas que antes se liberaba a la atmósfera se convierte en materia prima, creando una nueva cadena de valor que refuerza la independencia energética de la región. Incluso durante las recientes crisis de abastecimiento de CO2 en Europa, la planta ha garantizado el suministro a empresas locales, evidenciando que las fuentes renovables de captura pueden ser una alternativa estratégica frente a la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles.







Frank
18/09/2025