España podría ser una potencia en el sector de las energías marinas por su industria y sus infraestructuras y se está preparando para dar el salto, según los expertos reunidos en el último 'Encuentro con la Mar' organizado por el Clúster Marítimo Español (CME). En el caso de la eólica marina, se está desarrollando allí donde las aguas no son muy profundas, pero solo es el principio porque los ojos están puestos en la eólica flotante. El director de la ETS de Ingenieros Navales (UPM), Luis Ramón Núñez, dijo que “el mundo de las energías está empezando a desarrollarse”, y en lo que se refiere a las energías del mar, “todo está por hacer en España".
Y es que la incidencia que puede tener las energías marinas en nuestro país es enorme. Son proyectos de gran envergadura y por tanto actuarían como elemento tractor de la industria marítima y como generador de empleo. El amplio sector marítimo español, aún de reputado prestigio a nivel internacional, incluye al sector naviero, astilleros, armadores, mantenimiento (O&M) eólico, grandes eléctricas, empresas auxiliares, de logística, puertos y servicios portuarios, servicios marítimos y centros tecnológicos y de investigación (ingeniería, formación, certificación, seguros, etc.), entre otros.
"España se encuentra entre los países con las mejores características para ser líder de este desarrollo", señaló por su parte Federico Estévez, presidente de honor del CME, "y tiene una gran oportunidad que no debe desaprovechar".
"Las máquinas, la fabricación de palas de grandes dimensiones, la tecnología y la infraestructura está en nuestras costas, tenemos astilleros con gran experiencia en artefactos metálicos, y contamos con subestaciones y estaciones de última generación", explicó Estévez, "sin embargo de las 640 empresas europeas que trabajan en las energías marinas, solo 19 son españolas. Nos queda mucho por hacer".
Sin embargo, hay avances. Según el último informe de la patronal eólica AEE, en el caso de la eólica marina, "aunque en España no existe apenas implantada potencia de esta tecnología (5 MW), agentes de nuestro país juegan un papel relevante en el proceso de construcción e instalación de estas estructuras. La contribución de los Fabricantes de Estructuras Offshore permaneció prácticamente igual (pasando de 35,8 millones en 2016 a 36 millones en 2017)", pero "el sector de los Proveedores de servicios ha aumentado su contribución un 33% en 2017 respecto a 2016, alcanzando los 305 millones de euros. El sector de Estructuras Offshore, por su parte, ha presentado en 2017 una contribución similar a la de 2016, de unos 36 millones de euros".
Si España desarrolla su tecnología marina, "tendría repercusiones en otros subsectores de servicios que también influirá en el empleo y sobre todo en zonas relativamente deprimidas, como Asturias o Galicia", añadió el presidente del CME, "estamos ante un reto tecnológico sin precedentes en el que España debe ser estar entre los líderes". De hecho, en el caso concreto de Asturias esa revolución ya se está produciendo: por el momento la industria asturiana en torno a la energía marina cuenta con 50 empresas que facturan 5.000 millones al año.
Pero no todas las energías marinas tienen las mismas perspectivas de desarrollo comercial. Según los expertos, "de entre todas las modalidades de generación de energía a través del mar, la eólica offshore es la única realmente con un aprovechamiento industrial, seguida de las corrientes y en último lugar, las olas, porque apenas hay proyectos para esta tecnología, todavía no se ha descubierto un sistema que resista y soporte la mala mar".
Cualquiera de estos desarrollos comerciales se enfrentan a varios retos: técnicos, financieros, impactos sociales y ambientales, normativa y legislación y la cadena de suministros, se quejan desde el Clúster. Sin embargo, Canarias ya anunció en noviembre pasado que iba a albergar en 2025 el mayor parque eólico flotante del mundo.
"El boom de este tipo de energía se ha retrasado, pero ha llegado y se espera una evolución positiva", añadió Alfonso Montero, Head of Offshore Engineering en Iberdrola, "cada uno de nuestros proyectos está en un país distinto, con aguas diferentes, a diferente distancia de la costa, y por tanto no se puede estandarizar esta tecnología, pero esperamos hacerlo en los próximos años".
"Donde habrá más innovación es en el área de las turbinas. Hemos pasado de un tamaño de 3,6MW hasta los 8-12MW actuales y en el futuro se proyectan turbinas de 15MW", explicó, "nuestra compañía ha entrado en todos sus proyectos con turbinas no comerciales, lo que nos ha obligado a ajustar los cambios en las cimentaciones y a adaptarnos a cada tecnología, mientras intentamos reducir los costes lo más posible".
Pero ¿se esperan proyectos de eólica marina en España? "Las eólicas flotantes son el futuro, la tecnología está pero la única dificultad es la conexión a tierra si se encuentran a cierta distancia de la costa", puntualizó, "por eso en el caso español, lo que va a condicionar esa entrada de la eólica marina va a ser el desarrollo de esas estaciones flotantes, y aunque de momento nosotros no pensamos en que podamos tener un proyecto operativo hasta dentro de unos 10 años, ya estamos empezando a trabajar en ello".
“El futuro de la eólica marina se masca día a día”, dijo por su parte Antonio Sánchez, jefe de Eólica Marina de Navantia, reconociendo que hay una oportunidad creciente en este tipo de energía, pero también aumenta el número de competidores, tanto europeos como a nivel mundial. Así que "un requisito fundamental es el cuidado de la cadena de suministro", añadió.
El astillero público, que desde 2014 mantiene una relación con Iberdrola para la realización de este tipo de proyectos, cuenta con instalaciones en Fene y Puerto Real preparadas para llevar a cabo la construcción de instalaciones offshore. Hasta la fecha, Navantia ha participado en siete proyectos de estas características entre los que destacan Wikinger (Iberdrola), Hywind Spars (Statoil), Nissum Bredning (Siemens), East anglia One (Iberdrola) o Windfloat Atlántica (EDP).
Manuel Garcia
12/12/2018