España ha tenido un saldo exportador neto de gas a Francia en el 69 % de los 219 días transcurridos desde el pasado 1 de marzo, una semana después de que empezara la guerra en Ucrania, según el Ministerio para la Transición Ecológica español.
Esta mañana el presidente francés, Emmanuel Macron, ha reiterado su rechazo a la construcción del gasoducto pireanico Midcat, que apoyan los gobiernos español y alemán, y ha argumentado que actualmente es Francia la que exporta gas a España.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha indicado a la prensa este jueves, en una visita a Cubillos del Sil (León), que más del 70 % de los días las exportaciones de gas entre España y Francia tienen dirección sur-norte, aunque alguna vez se invierte por las variaciones de precio del gas natural en un país u otro.
La capacidad exportadora de gas
En torno a un 17 % de los días transcurridos desde el pasado 1 de marzo las interconexiones de transporte de gas que hay actualmente con Francia han estado a su máximo de capacidad de exportación (un uso igual o superior al 80 % de su capacidad), según el Ministerio, que ha indicado que una infraestructura que opera al máximo el 20 % de los días se considera saturada.
Macron también ha dicho que la idea de la UE es ir hacia el hidrógeno, pero la cuestión es si se hace circular hidrógeno por toda Europa en hidroducto o, más bien, la electricidad para el proceso de electrolisis con el que se produce el hidrógeno verde, para lo que Francia considera prioritarias las interconexiones eléctricas en Europa.
Según el Ministerio para la Transición Ecológica, transportar hidrógeno por un hidroducto (como podría ser utilizado a futuro el Midcat) sería entre dos y cuatro veces más barato y eficiente que transportar electricidad con líneas de alta tensión.
El departamento que dirige Ribera apunta que, según estudios de European Hydrogen Backbone -iniciativa en la que están 31 operadores de transporte de gas europeos-, el coste de un nuevo hidroducto por cada 1.000 kilómetros es de 5 euros/megavatio hora (MWh), frente al de una nueva línea eléctrica aérea de corriente alterna de 2,8 gigavatios (GW), que estaría en torno a 12 euros/MWh.
El Ministerio también recuerda que el impacto ambiental y visual y la afección a la biodiversidad del transporte de hidrógeno con infraestructuras subterráneas es muy inferior al de las redes eléctricas de alta tensión.
Además, señala que el hidroducto podría operar también como un almacenamiento y que los plazos de ejecución de los gasoductos e hidroductos son mucho más cortos que los de las líneas eléctricas de alta tensión.
Las fuentes del Ministerio afirman también que los operadores de los sistemas gasistas de Francia, Terega y GRTgaz, tienen una visión coincidente.
España no comparte la idea de Francia
Ribera ha afirmado que "las palabras del presidente Macron no son compartidas por España" y ha añadido que las preocupaciones domésticas legítimas de Francia deben ser planteadas y resueltas en el "contexto más amplio del interés europeo".
Ha indicado que la manera más eficaz de transportar hidrógeno, con menores pérdidas y menores costes, es a través de un tubo, y ha señalado que la construcción de ese corredor de hidrógeno, cuyo horizonte se situaba más allá de 2030, es una inversión que todos los europeos tienen que ver si se anticipa, ante la "asfixia" que sufren los países del norte y del centro de Europa por el corte del suministro ruso de gas.
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