La energía eólica se está poniendo realmente barata, pero ¿cómo se ha reducido el coste medio de esta tecnología a 21 dólares por megavatiohora? Esa es la pregunta que MAKE Consulting se plantea y a la que responde en un análisis profundo en su último informe sobre las cadenas mundiales de suministro de energía eólica.
Una parte importante de la respuesta es que el capex de las turbinas eólicas continúa cayendo, y la dinámica de la cadena de suministro es una parte crucial de la ecuación del costo inicial.
El informe de MAKE presenta las tendencias que guían el flujo de bienes en el mercado eólico, que alcanzará los 510.000 millones de dólares entre 2017 y 2025. A medida que el mercado se expande, el informe llega a tres conclusiones sobre la cadena de suministro del sector eólico que pueden sorprender.
La primera de ellas es que la menor rentabilidad del sector hará que la eólica estadounidense se traslade a México. México está listo para hacerse con un importante volumen de trabajo de la industria eólica, ya que los fabricantes de componentes con sede en EEUU buscan reducir los costes moviéndose a mercados laborales más baratos. Esto es parte de una tendencia más amplia que también afecta a Europa.
La intensa competencia de precios a través del sistema de subastas en mercados de todo el mundo significa que los fabricantes de equipos originales (OEM) y los fabricantes de componentes están buscando reubicarse en lugares donde la mano de obra cuesta menos.
Aunque Estados Unidos no ha introducido un esquema de subasta, su subsidio eólico primario, el Crédito Fiscal a la Producción, se eliminará gradualmente en los próximos años. A pesar de ello, las ofertas en la última convocatoria realizada por Xcel Energy proponían un precio medio de solo 18,10 dólares por megavatio-hora para los parques eólicos que se construirán en 2023.
La migración a México ayudará a los fabricantes de equipos originales a entregar turbinas de ultra bajo coste en el mercado de América del Norte, al tiempo que impulsará las ventas en Latinoamérica, donde "la demanda regional está aumentando", según MAKE.
La segunda gran sorpresa es que las líneas de producción eólica comienzan a rodar de nuevo en España.
El informe señala que España fue una vez uno de los principales mercados europeos de energía renovable, con compañías eólicas y solares que se encontraban entre las más grandes y mejores del mundo. Pero el recorte de las retribuciones causó estragos y permitió al gobierno declarar la guerra a las energías renovables, introduciendo políticas que paralizaron el desarrollo eólico durante la mayor parte de esta década.
Las cosas cambiaron en 2016, cuando el Gobierno se dio cuenta de que España podría estar en peligro de no alcanzar sus objetivos de energías renovables para 2020. Apresuradamente otorgó 4,6 gigavatios de capacidad a través de subastas en 2016 y 2017.
La capacidad de fabricación eólica de España ahora se desempolva y se vuelve a poner en servicio, y no solo para servir al mercado local. Al igual que en México, los fabricantes de equipos originales se sienten atraídos por el mercado español porque los costes laborales son más bajos que los del norte de Europa, como Alemania, Francia y Reino Unido. Algunos componentes incluso se envían a Latinoamérica.
Sin embargo, la recuperación llevará tiempo. "La renovación de las instalaciones es difícil para algunos de los componentes, especialmente las cuchillas, porque la longitud y la altura de las instalaciones deben aumentarse", dijo el consultor de tecnología de MAKE, Shashi Barla.
La industria eólica se sube al tren de la impresión en 3D
La tercera sorpresa que destaca el informe de MAKE es la incorporación por parte de la industria eólica de tecnologías de vanguardia que hacen que las hojas sean más grandes, las torres más altas y las turbinas más eficientes. Pero las empresas no han sabido lidiar todavía con la impresión 3D.
El informe prevé que esta situación cambie, ya que los fabricantes de equipos originales de energía eólica buscan reducir el coste, el desperdicio y, en particular, los tiempos de producción, pronostica MAKE. "La impresión 3D, o fabricación aditiva (AM), es una de las oportunidades más notables para la reducción de costes en la cadena de valor de las turbinas eólicas", concluye el informe MAKE.
"El movimiento de AM continúa generando impulso, especialmente en los mercados en los que se están reemplazando intrincados moldes de fundición de varias piezas con un solo molde impreso en 3D integrado".
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