En un contexto de transformación global en el sector energético, expertos internacionales se reunieron en la 17ª edición del ciclo de conferencias Energy Prospectives, organizado por Fundación Naturgy e IESE Business School, para debatir los retos y oportunidades que plantea la transición hacia un modelo sostenible.
En la apertura de la jornada, Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, señaló que los cambios en los costes, las tecnologías y los mercados energéticos están redefiniendo las prioridades del sector. “Al tradicional trilema de sostenibilidad, garantía de suministro y eficiencia de precios, se suma un nuevo desafío: garantizar que la regulación no ponga en peligro la competitividad de Europa”, afirmó Villaseca.
Economías emergentes
Alberto Pototschnig, primer director de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de Energía de la UE (ACER), y Nick Butler, fundador del Policy Institute del King’s College de Londres, destacaron la necesidad de ajustar las políticas regulatorias para afrontar los cambios tecnológicos, económicos y ambientales que exige el proceso de descarbonización.
Durante su intervención, Nick Butler hizo hincapié en el papel fundamental que jugarán las economías emergentes en la lucha contra el cambio climático. Según el experto, en 2025, Asia y el Sur serán responsables de la mayor parte de la demanda energética global. “Europa, que alguna vez generó el 100% de las emisiones globales, ahora solo representa el 10%. Pero eso no significa que podamos quedarnos de brazos cruzados”, afirmó.
Butler también advirtió sobre el impacto económico de la electrificación de la movilidad, la expansión de redes eléctricas y el aumento de la demanda derivado de tecnologías como la inteligencia artificial. “La pregunta crítica es: ¿quién asumirá el coste de esta transición, y cómo afectará esto a la competitividad de los países?”, planteó.
Europa y su papel en la regulación energética
Por su parte, Alberto Pototschnig se mostró más optimista respecto al liderazgo europeo en la reducción de emisiones y la transición energética.
“Europa debe afrontar grandes retos regulatorios, desde el impulso a la electromovilidad hasta la flexibilidad de las redes eléctricas. Por ejemplo, hoy en día, cargar simultáneamente una decena de vehículos eléctricos requiere la capacidad energética de más de 33.000 viviendas, un desafío técnico significativo”, explicó Pototschnig.
Incentivos e innovación, pilares de la transición
El coloquio, moderado por Javier Díaz Giménez, profesor del IESE, se centró en cómo los incentivos y la innovación tecnológica son herramientas fundamentales para acelerar la transición energética. Los expertos coincidieron en que los gases renovables, como el biometano y el hidrógeno, juegan un papel clave en este proceso, aunque aún queda mucho por definir sobre su desarrollo.
Nick Butler destacó que, si bien hay avances significativos en la adopción de energías limpias, la transición no puede depender únicamente de las políticas regulatorias, sino que debe involucrar al sector privado en el diseño de estrategias sostenibles y económicamente viables. “Necesitamos incentivos claros que fomenten la inversión en tecnologías innovadoras. Sin estos mecanismos, el mercado puede quedarse rezagado respecto a las necesidades globales de descarbonización”, aseguró.
Por su parte, Alberto Pototschnig enfatizó que el desarrollo de infraestructuras modernas y flexibles será crucial para integrar estas nuevas fuentes de energía en los sistemas eléctricos actuales. Según el experto, herramientas como los contratos por diferencia (CFD) pueden jugar un papel decisivo al reducir la incertidumbre financiera para los inversores en tecnologías emergentes, como el hidrógeno verde.
“El hidrógeno tiene un potencial enorme, pero aún no hay una visión unificada sobre cómo integrarlo de manera efectiva. Lo mismo ocurre con los coches eléctricos: su implementación masiva dependerá de una infraestructura adecuada que garantice recargas rápidas y accesibles, lo que supone grandes retos en términos de capacidad y presión sobre las redes eléctricas”, explicó Pototschnig.
Además, ambos expertos destacaron que la innovación debe estar acompañada de políticas públicas que impulsen un cambio cultural y social, fomentando la aceptación y participación activa de la ciudadanía. "La sociedad ya es consciente de la necesidad de abordar el cambio climático, pero el éxito de la transición dependerá de que se ofrezcan soluciones justas y sostenibles para todos los sectores", concluyó Butler.
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