La COP25 celebrada en Madrid bajo la presidencia de Chile ha fracasado. Lo importante no ha salido, nada, y se trata de disimular el fracaso aplazando la decisión para el próximo año. Ya si eso que vengan otros a arreglar el desaguisado. O a esperar a que cambien a los gobiernos de turno. Lo de París fue un espejismo. El rara avis de la historia de la COP. Por eso Madrid, o Chile, se suma a la lista de ciudades que lo intentaron pero se quedaron en eso, en el intento.
Ahora, ¿qué se puede extraer de la COP25? La principal conclusión es que la Unión Europea (UE) se ha quedado sola, como la una, en esto de la lucha contra el cambio climático si hablamos de los grandes responsables de las emisiones.
Vayamos a la letra pequeña del denominado acuerdo de la COP25.
La presidenta de la COP25, la ministra chilena Carolina Schmidt anunció que 103 países se han mostrado dispuestos a entregar un aumentado plan de acción climática (o Contribución Determinada a nivel Nacional), y reconoció a las 11 naciones que ya han iniciado el proceso de actualizar sus planes nacionales para incorporar una mayor ambición, como se establece en el Acuerdo de París.
103 países de 198 que firmaron el Protocolo de París es aproximadamente la mitad. Pero, ¿quiénes están ahí? O mejor dicho, ¿quién ha decidido no estar?
Este es el listado. Hay que mirar el Anexo 1. Como se puede observar, salvo la UE, los grandes países emisores no aparecen, ni se les espera. China, EEUU, Japón, Rusia, Brasil, Canadá, Sudáfrica, Australia, los países grandes productores de petróleo y gas tampoco están.
Luego está la lista de 11 naciones. Veamos cuáles son: Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Luxemburgo, Holanda, Portugal, España, Suecia y Reino Unido. Sí, lo han adivinado. Todas pertenecen a la UE a la espera del Brexit (guiño-guiño-codazo).
Solo 11 países van a actualizar sus planes y ser más ambiciosos. 11 de casi 200 países sabe a poco, a muy poco. Y en número de emisiones representan muy poco. Alemania el 2% es el país que más.
Si los que emiten el 80% o el 85% de los gases de efecto invernadero globales no están por la labor de reducir más sus emisiones de lo acordado en París, algo pasa. La UE puede abanderar lo que quiera, pero por muchos esfuerzos que haga sin el acuerdo con el resto de países emisores no sirve de mucho, por no decir de nada.
La nueva Comisión Europea de Ursula Von der Leyen ha presentado estos días su nuevo Green Deal Europeo. Un acuerdo que está por llegar. Polonia se ha encargado de reventarlo, pero probablemente acabará cediendo o se le planteará otra marcha en su proceso de reducción de emisiones por su particular situación, con el carbón como principal fuente energética.
Europa podrá decir que lo ha intentado, que trabajan por el medio ambiente, por el futuro de las próximas generaciones, pero a día de hoy la UE corre un riesgo importante. Ya no solo es quedarse prácticamente sola, sino que pierda competitividad frente al resto.
Existe un pulso, y de momento hay pocos movimientos, por lo que da la sensación de que se ha conseguido o avanzado poco. La batalla solo acaba de empezar. Queda mucho recorrido. Da la sensación de que se están poniendo los cimientos de algo, de un cambio que puede ser importante, pero lo importante de la lucha contra el cambio climático es el acuerdo, el Deal, y eso de momento, no llega. ¿Cuánto habrá que esperar? Si se quiere conseguir el cambio es necesario llegar al acuerdo. Mientras tanto, es un fracaso.
Miguel
16/12/2019