1 comentario publicado

Las rentas de congestión son desconocidas para el gran público, pero incluso también las más de las veces resulta ser un oscuro arcano para los propios profesionales del mundo de la energía. Por ello, vamos a abordar cómo se pueden definir y entender correctamente estas rentas de congestión en relación con las conexiones internacionales de los sistemas eléctricos.

Funcionamiento del comercio exterior

Primero de todo debemos partir del hecho de que las rentas de congestión del mercado eléctrico se corresponden directamente con el resultado de operaciones de importación y exportación de energía entre diferentes países. En concreto, y como veremos más adelante, se correlacionan con la saturación de las conexiones eléctricas internacionales al llegar éstas a su límite de capacidad para el transporte de energía entre países.

En el sistema de Estados nacionales modernos, se parte de que cada Estado-Nación es soberano y tiene una economía cerrada al exterior. Sin embargo, existen multitud de productos en los que resultará más beneficioso importarlos de otros Estados, y al revés en otros casos, exportarlos. Esto puede producirse, por ejemplo, cuando los productos extranjeros tienen menor precio que los productos nacionales, o bien mayor calidad, o directamente no pueden producirse en la economía interior.

Lo lógico será que cada economía en el medio y largo plazo se especialice en aquello en lo que tiene mayor productividad, exportando esos bienes o servicios, y “a sensu contrari” se tenderá a importar los productos y servicios extranjeros cuando otras naciones son más productivas en su generación.

Por usar una de esas simplificaciones o frases ilustrativas que tanto nos ayudan a entender cuestiones complejas, y que escuché hace unos años, la forma más barata para España de adquirir relojes suizos es produciendo naranjas, ya que gracias al clima ibérico y a sus terrenos agrícolas obtiene una buena producción. Esas naranjas las exporta a Suiza a cambio de relojes suizos, ya que allí los producen con una calidad excepcional. Al revés, la forma más barata para los suizos de adquirir naranjas (en Suiza la tierra y el clima no son buenos para producir naranjas) es produciendo relojes (gracias a su especialización y conocimiento técnico) y exportándolos a España.

Beneficio agregado del comercio exterior

Si estudiamos el resultado de un intercambio de comercio exterior, veremos que en el corto plazo y en términos individuales existirán posibles ganadores y perdedores en cada uno de los países.

Pero **la tendencia a medio y largo plazo pasará porque las economías converjan, especializándose cada una de ellas en los productos y servicios en los cuales son más productivos y competitivos. **

No obstante, en todo momento, tanto en el corto como en el medio y largo plazo, un análisis conjunto global arrojará beneficios para el agregado de ambas economías.

Este beneficio mutuo agregado del comercio exterior se encuentra en el fundamento de las rentas de congestión en las interconexiones eléctricas entre diferentes países. Ya que, en esencia, lo que hacen las conexiones internacionales es facilitar que energía producida de forma más eficiente en un país pueda venderse en otro al que está conectado.

Especialidades del comercio transfronterizo de energía

Para exportar naranjas o relojes necesitaremos camiones que lleven esta mercancía por carretera hasta su destino, o bien barcos que crucen el mar para realizar la operación comercial.

Sin embargo**, en el caso concreto de la energía eléctrica, se requiere para su exportación de la existencia de sistemas físicos que transporten la misma hasta los países compradores. Por lo cual, el comercio internacional de electricidad tiende a darse solo entre los países más cercanos, ya** que pueden acordar el tendido de redes de transporte entre sus fronteras. La mayor o menor capacidad de interconexión entre cada país determinará directamente el nivel de intercambio posible, siendo esta una restricción importante a tener en cuenta.

Un segundo hecho diferenciador a tener en cuenta es que el precio de la electricidad en cada país se cotiza en un mercado formal mayorista. Es decir, al margen de que dos o más agentes puedan establecer de manera privada compraventas de energía, pactando libremente sus condiciones, todos los agentes están obligados a llevar sus ofertas horarias cada día, para todas y cada una de las horas del día siguiente, al mercado oficial, y ahí se determinará un precio público también de carácter oficial.

Tras la ejecución del mercado diario existe otra secuencia de mercados intradiarios y en tiempo real, para ajustar la oferta a la demanda real de electricidad en cada momento.

Este condicionante requiere que existan unas reglas de mercado pactadas de antemano entre los mercados mayoristas oficiales de cada nación importadora y exportadora conectadas entre sí. En el caso del sistema europeo existe una normativa comunitaria al respecto que regula el acoplamiento de mercados y prevé la ejecución de los mismos mediante un algoritmo denominado Euphemia, que casa oferta y demanda interna de cada país pero teniendo también en cuenta las operaciones de importación y exportación con los países conectados en cada área.

Congestión de las conexiones internacionales

Y aquí entramos más de lleno al tema que nos ocupa, porque una vez establecida una interconexión eléctrica entre distintos países tendremos que asumir que esas líneas eléctricas fronterizas tendrán necesariamente una capacidad finita o limitada para transportar energía en una y otra dirección.

De otra forma, si no existiesen grandes restricciones, y fuese posible intercambiar toda la energía demandada en cada momento entre dos países, el precio en ambas naciones tendería a ser el mismo a los dos lados de la frontera. Precisamente esto es lo que suele sucede la mayor parte de horas del año entre España y Portugal, por lo cual ambos mercados tienden a tener el mismo precio. El algoritmo de mercado en este caso tiene en cuenta para cada país las ofertas posibles y capacidad de importación y exportación, y no superando las restricciones se dará un acoplamiento de precios en ambos países.

Pero dado que como hemos anticipado la capacidad de interconexión tenderá a ser limitada, que es justo lo que sucede en la interconexión eléctrica de España con Francia, pueden darse momentos en los cuales las transacciones entre ambos países que serían viables económicamente dejarán de poder ejecutarse físicamente porque las líneas habrán llegado a su límite, y a esta situación es a la que llamamos congestión.

Según la definición del Parlamento Europeo, la congestión de líneas eléctricas es “la situación en la cual la interconexión que enlaza redes de transmisión nacionales no puede acoger todas las transacciones resultantes del comercio internacional entre operadores del mercado, debido a la falta de capacidad”.

Desplazamiento del precio marginal.

Como comentamos, si del cruce de ofertas del algoritmo de los mercados mayoristas no se deriva situación de saturación en la interconexión, el precio tenderá a ser el mismo

Pero cuando existe restricción, que es lo que sucede las más de las veces entre España y Francia, el efecto en el precio marginal de casación mayorista en cada país tenderá a divergir de la siguiente forma: en el país exportador el precio tenderá a ser superior, al retirar demanda que se mueve al otro país; mientras que, en sentido contrario, en el país importador el precio tenderá a ser inferior, al incrementarse la demanda más barata que entra procedente de la otra nación.

Sin embargo, en Europa el precio que se reconoce a cada oferente es el precio marginal único calculado en cada sistema y región eléctrica europea con el algoritmo Euphemia.

Así que, la energía que se ha importado, aun habiendo cobrado el precio marginal del país de destino (según las reglas de mercado) ha ayudado a este país a disminuir el precio marginal.

Por el contrario, habrá tendido a incrementar el precio en el mercado exportador, habiéndose alcanzado la restricción máxima en la conexión (de otra forma con capacidad suficiente o ilimitada el precio tendería a igualarse en ambos mercados), lo que se ejecuta entre ambos países es el mecanismo de rentas de congestión, que intenta paliar la justicia de precios de esta situación.

Cálculo de las rentas de congestión

Según la legislación europea del mercado eléctrico, estas rentas de congestión se calculan como el resultado de multiplicar la energía total intercambiada hasta el límite de congestión (MWh) por la diferencia de precio entre ambos mercados nacionales; y dicho resultado se divide por la mitad, debiendo el operador del sistema eléctrico importador abonar su mitad al operador del sistema eléctrico exportador.

Y es que, según dispone el punto 7 del artículo 10 de la Circular 3/2019 de la CNMC al transponer la normativa europea para el acoplamiento del mercado diario eléctrico en Europa, las ofertas de compra y de venta de energía que sean programadas en el proceso de acoplamiento de mercados serán liquidadas al precio marginal resultante de la casación de ofertas en dicha sesión, para el correspondiente periodo de programación en la zona española o bien en aquella otra zona de oferta donde haya sido presentada dicha oferta de compra o venta de energía.

Con lo cual el importador (España o Francia en cada caso) se benefician de la energía importada, que habrá reducido su precio marginal, pero los generadores han cobrado el precio de su zona de mercado nacional, así que existe una diferencia económica en el resultado de mercado que es precisamente la que se parte y divide, entregando el importador su parte al exportador.

Este beneficio por norma general ayuda al mantenimiento del sistema eléctrico del país que exporta y por tanto recibe la renta, pues de este tenor suele estar legislado el tema en las diferentes naciones. Si bien se pueden imputar excepcionalmente a otros cometidos, lo cual por ejemplo ha sucedido en España en el último año con la implantación de la “excepción ibérica” que se inició en julio de 2022, ya que el Real Decreto 10/2022 “por el que se establece con carácter temporal un mecanismo de ajuste de costes de producción para la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista” disponía que las rentas de congestión derivadas de un menor precio en el mercado diario español respecto del francés (que no se encontraría limitado por dicha “excepción”) se destinarían a pagar el coste del mecanismo en el mercado español (al ser cobradas las rentas de congestión del mercado francés).

En definitiva, se trata de un resultado económico que beneficia al país que exporta energía, ya que ha ayudado al desplazamiento a la baja en el precio de mercado del país importador, teniendo en cuenta que la limitación física al comercio transfronterizo de electricidad por las restricciones físicas y tecnológicas ha impedido que se acoplen e igualen los precios en ambos mercados.

Andrés Muñoz Barrios es Licenciado en Derecho y Máster en Economía Aplicada.

Un comentario

  • Conrad

    25/04/2023

    Una aportación sobre las restricciones técnicas reales en las redes nacionales. Posiblemente se deberian incluir en los razonamientos del artículo.

    Las centrales de generación no estan en los puntos frontera, ni a distancias que permitan el flujo internacional. Como ejemplo las centrales que después de casadas en la península, se las excluye y las no casadas que entran a su precio.
    Estó deforma el precio público y lo paga el consumidor interno.

    Dado que no hay lineas directas entre nudos de los paises de Europa, las redes malladas y las leyes de Kirchhoff, no permiten transportes a larga distancia, de la electricidad europea intracomunitaria.

    El relato de compra en un mercado europeo, es virtual y alejado de la realidad técnica.
    No solo basta con creer, hay que pensar.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios