Los Gobiernos de Francia e Irlanda firmaron este viernes un acuerdo por valor de 1.623 millones de euros para la construcción de una interconexión eléctrica entre los dos países, que debería entrar en servicio en 2026 y será la primera entre la isla y Europa continental.
Según ha informado este viernes el Ministerio francés de la Transición Energética, el proyecto de esta línea submarina dispondrá de una capacidad de 700 megavatios y cubrirá una distancia de 575 kilómetros.
La interconexión eléctrica
Las obras de Celtic, que es el nombre de la interconexión, se iniciarán a comienzos de 2023 y unirán la localidad francesa de La Martyre, en la costa de Bretaña, con la irlandesa de Knockraha, en el condado de Cork.
La infraestructura ofrecerá una capacidad de exportación e importación de corriente equivalente al consumo de 450.000 hogares.
El acuerdo se suscribió en París en presencia del primer ministro irlandés, Michael Martin; de su ministro del Medio Ambiente y del Clima, Eamon Ryan; y de la ministra francesa de la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher.
El acuerdo entre Francia e Irlanda
También estuvieron presentes los responsables de los operadores de las redes de transporte de electricidad, el francés RTE, Xavier Piechaczyk; y el irlandés EirGrid, Mark Foley; así como el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Ambroise Fayolle.
El BEI, junto al Danske Bank, Barclays y BNP están implicados en la financiación de 800 millones de euros para la construcción, junto a las compañías industriales Siemens Energy y Nexans.
En 2019, RTE y EiGrid habían obtenido 530,7 millones de euros para el proyecto del instrumento de préstamos del Mecanismo para la Interconexión de Europa, un fondo destinado a desarrollar redes de energía, de transporte y de telecomunicaciones.
En su comunicado, el departamento francés de la Transición energética ha indicado que “la interconexión céltica permitirá reducir las facturas de los consumidores irlandeses y franceses, desarrollar la utilización de energías renovables, mejorar la seguridad de las telecomunicaciones e integrar mejor los mercados europeos de electricidad”.