Política energética

Francia quiere, al menos, las reglas de la excepción ibérica

Y se marcó como objetivo acelerar el despliegue de energías renovables pero también la construcción de nuevos reactores nucleares para aumentar la producción de electricidad

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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha fijado como objetivo para la cumbre europea extraordinaria del próximo día 30 sobre la energía un mecanismo para bajar los precios que sea, "al menos", lo que obtuvieron España y Portugal con la llamada "excepción ibérica". ** **"Con el gas, vamos a intentar conseguir al menos lo mismo que han obtenido nuestros amigos españoles y portugueses" con un techo al gas que se utiliza para la generación de electricidad, que ha dado "resultados" en el mercado mayorista, ha señalado este jueves Macron en un discurso centrado en las energías renovables en Saint Nazaire, donde inauguró el primer parque eólico marino de Francia.

La postura de Francias

El presidente francés hizo notar que, gracias a ese mecanismo sobre el gas, "los precios (de la electricidad) en España son ahora dos a tres veces más bajos que en el resto de Europa".

En la reunión de ministros de Energía de la UE que se celebró el 9 de septiembre, Francia propuso a los otros países extender sea "excepción ibérica" para la fijación de precios de la electricidad, como forma de moderar la escalada que se ha producido por el efecto inducido del encarecimiento del gas.

Pero Macron no precisó hoy si esa será su posición en la cumbre del día 30 o si se conforma con que esa "excepción ibérica" se aplique solo a Francia.

La cotización de la electricidad en los mercados mayoristas se ha disparado en Francia (a finales de agosto llegó a un récord de más de 1.000 euros por megavatio) por efecto de la escalada de los precios del gas en Europa, pero también por el temor a problemas de escasez este invierno debido al parón de casi la mitad de los reactores nucleares por mantenimiento o defectos detectados.

Macron ha defendido la "solidaridad europea" en el terreno de la energía, que en el caso de Francia va a suponer la exportación de gas, sobre todo a Alemania, y a cambio va a seguir importando electricidad (también sobre todo de ese país) para evitar apagones.

Una defensa que cobra más sentido porque unas horas antes la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, había manifestado su "profundo desacuerdo" con la idea de enviar gas a Alemania, porque dijo que en las actuales circunstancias "hay que proteger al pueblo francés".

"Nadie podrá entender que se racione el gas en Francia (...) para aprovisionar a Alemania", declaró Le Pen al término de un encuentro con la primera ministra, Élisabeth Borne.

Pide que EEUU baje los precios del gas

Macron ha avanzado, por otro lado, que los europeos van a iniciar conversaciones con sus aliados proveedores de gas para pedirles que bajen los precios, en un mensaje dirigido claramente a Estados Unidos, que, después de que Rusia haya cerrado los grifos de los gasoductos en dirección de la UE, se está convirtiendo en el principal exportador hacia los Veintisiete.

Para el presidente francés, esos aliados de la UE no pueden extraer gas con costos bajos y utilizarlo en sus países a 30-40 euros el megavatio hora, mientras "nos lo venden a 140 o 150".

Según su análisis, "hay una serie de aberraciones" en los mercados energéticos europeos, incluidos fenómenos especulativos, y la consecuencia es que peligran algunas actividades industriales que dejan de ser competitivas, como la fabricación de fertilizantes.

Macron ha asegurado que, con la "batalla de la electricidad" en la UE, lo que pretende es reformar el mercado "para que sea más coherente" y los precios mayoristas no estén determinados por la escalada del gas, sino que "se correspondan más con los precios de producción".

Lo que está en juego, ha repitido, es "mantener nuestro tejido industrial". La reforma del mercado eléctrico, se enfrenta todavía a resistencias de algunos países miembros que se resisten a abandonar el sistema marginalista de fijación de precios, que la propia Comisión Europea ha estado defendiendo hasta hace pocas semanas.

Acelerar las renovables y la nuclear

Además, Macron se marcó como objetivo acelerar el despliegue de energías renovables pero también la construcción de nuevos reactores nucleares para aumentar la producción de electricidad en un 40**** %**** para 2050 y prescindir de combustibles fósiles.

"Quiero que vayamos al menos dos veces más rápido en el despliegue de las renovables" porque ahora los plazos entre el diseño de un proyecto y su puesta en funcionamiento son más largos que en otros países europeos, señaló Macron.

El próximo día 26 su Gobierno presentará un proyecto de ley que va a proceder a una "simplificación" administrativa, con una reducción de los procedimientos de instrucción y de los plazos de recurso, que serán como máximo de 30 meses para evitar bloqueos.

Avanzó que habrá una "planificación nacional" que luego se definirá por sectores y por territorios.

Macron se fijó como objetivo la entrada en servicio de medio centenar de parques eólicos marinos de aquí a 2050 con una capacidad instalada de 40 gigavatios.

Otra de las medidas que contempla es liberar terrenos para implantar paneles solares, y habló en particular de los techos de aparcamientos y naves, así como de los bordes de las autopistas y de las vías de ferrocarril.

Para favorecer la acogida de instalaciones renovables, que muchas veces chocan con el rechazo de la población local, prometió un mejor "reparto" del valor, lo que se traducirá en que una parte relevante de las tasas a los operadores será para los municipios donde estén implantadas.

Por lo que respecta a la energía nuclear, no solo se reafirmó en el programa de construcción de media docena de reactores atómicos adicionales que deberían entrar en funcionamiento entre 2035 y 2050, sino que dijo que quiere que se haga "mucho más rápido".

Francia tiene ahora un parque de 56 reactores nucleares, pero casi la mitad están actualmente parados por labores de mantenimiento o por la detección de fallos (corrosión de tuberías) en una docena.

El jefe del Estado afirmó que, salvo por razones de seguridad, no habrá nuevos cierres de reactores nucleares, en un momento en que sube la controversia política sobre la conveniencia de haberlo hecho con dos de ellos, los más antiguos en la central de Fessenheim, junto a la frontera alemana, al comienzo de su primer mandato.

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