Francia no ha cambiado. Por mucho que nos quieran contar, siguen siendo los mismos que prefieren mantener España como una isla energética. No es una cosa de ahora, sino de hace ya muchas décadas.
Antes eran los cables eléctricos o los gasoductos. Pero ahora en 2022, el problema es el hidrógeno, posible vector energético del futuro en Europa.
Las energías renovables han colocado a España como país de referencia en cuanto a precios bajos en los mercados mayoristas de electricidad se refiere. España va a tener uno de los mercados más baratos sino el que más y eso le posiciona muy bien para producir hidrógeno verde en el futuro.
Y este asunto, por mucho abrazo de Macron a Sánchez, y acuerdos varios sobre hidroductos, futuros cables, etc, tiene al país vecino con la mosca detrás de la oreja. No quiere que se la cuelen España y Alemania, que prefieren hablar de hidrógeno renovable y no de hidrógeno nuclear.
Por eso, ahora Francia amenaza con romper la baraja, sobre todo, porque no se ha construido aún nada y está todo en el aire.
Más nuclear
Francia se reafirmó este lunes en el pulso con España y con Alemania sobre el reconocimiento como verde del hidrógeno producido con electricidad de sus centrales nucleares. Y avisó de que si no es así, no se construirá el hidroducto que debería conectar Barcelona con Marsella y luego continuar hacia Alemania.
Fuentes del Ministerio francés de la Transición Ecológica dijeron estar "extremadamente preocupados" por la marcha de las negociaciones europeas sobre la integración o no del hidrógeno generado con electricidad nuclear en los objetivos de hidrógeno renovable, ante las reticencias de España y Alemania.
Todo parece indicar que podrán hacerlo según el nuevo acto delegado, pero no se fían, no es tan fácil producir electricidad con tan pocas emisiones.
En el centro de la discordia están las negociaciones para el proyecto de directiva europea sobre las energías renovables RED III, que plantea fijar el objetivo de que el 42 % del hidrógeno utilizado en la industria en el horizonte de 2030 se produzca con energías renovables y el 60 % en 2035, cuando ahora supone menos del 5 %.
En Francia, donde alrededor del 70 % de su electricidad es de origen nuclear, el presidente, Emmanuel Macron, está haciendo una apuesta muy fuerte por esa tecnología, ya que prevé prolongar la vida de los reactores actuales por lo menos hasta los 60 años y construir al menos media docena más, el primero de los cuales entraría en servicio en una quincena de años.
No es nada nuevo
Con el argumento de que la electricidad nuclear no emite apenas dióxido de carbono, está presionando para que el hidrógeno que se pueda generar con esa electricidad nuclear no vaya al mismo saco que la producida con combustibles fósiles a la hora del cálculo de esos objetivos europeos de hidrógeno renovable.
Por eso, el Gobierno francés advirtió hoy de que si su país "no puede producir su hidrógeno a causa de las reglas europeas, la viabilidad económica de los proyectos (de hidroductos) estará en cuestión, porque si no hay hidrógeno para poner en los conductos, no tendrá sentido económico construirlos".
"Es el riesgo que se presenta ahora", repitieron las fuentes francesas en dirección a Alemania y, sobre todo, a España.
La amenaza ya está sobre la mesa. O se cede o se acaba el corredor ibérico del hidrógeno antes de que nazca. Es lo que tiene la política. Antes fueron otros proyectos de interconexión. La última eléctrica tardó 15 años en ver la luz. Ahora el cable submarino está en entredicho.
En gas también tumbaron el MidCat porque no iban a permitir a España convertirse en el hub del GNL y esto se hace cortando el grifo. Y en eso los franceses son unos maestros.
Miguel
14/02/2023