El Gobierno quiere elevar a 11,14 euros/MWh la llamada ‘tasa Enresa’ con la que los titulares de las centrales nucleares sufragan la gestión de los residuos radiactivos que lleva a cabo la empresa pública.
Esta cuantía supone un 40% más que la fijada en la actualidad, que se sitúa en 7,98 euros/MWh. La entrada en vigor de esta nueva tarifa se estima a partir del 1 de julio de 2024.
No han tardado ni días, y Gobierno y Enresa ya conocen de primera mano la postura de las tres grandes eléctricas, que no es otra que abrir de nuevo el melón del calendario de cierre nuclear.
Las compañías creen que la nueva Tasa Enresa implica una subida que no está recogida en el protocolo de cierre de los siete reactores nucleares entre 2027 y 2035. En ese protocolo se incrementa unos años la vida de las centrales nucleares, hasta una media de 46 años, a cambio de incrementar la Tasa Enresa, con la que se cubren los gastos del desmantelamiento y gestión posterior de los residuos nucleares. Esa tasa se incrementa hasta los 7,98 €/MWh.
Las tres grandes eléctricas han comunicado al Gobierno que quieren conocer de primera mano las verdaderas cuentas del fondo Enresa porque no entienden esta subida teniendo en cuenta los 2.000 millones de más por la construcción de los nuevos siete almacenes temporales.
Negociación y reuniones
Es por ello que las compañías han decidido abrir de nuevo la negociación con el Gobierno y con Enresa para tratar cómo afrontar esta subida que no están dispuestas a pagar así sin más.
Los primeros mensajes ya se han cruzado. Ya se han visto las caras algunos directivos y se han puesto sobre la mesa todas las posibilidades. Es como regresar a 2018-2019 cuando se pactó el protocolo de cierre. Todo vuelve a estar en la mesa de negociación, aunque de momento las posturas están lejanas.
La batalla nuclear se ha iniciado y se prevé que será dura. Tienen hasta julio para negociar, que es cuando se prevé se inicie el primer pago de esta nueva Tasa Enresa de 11,14 €/MWh.
Después de julio podrá continuar siempre y cuando la negociación siga abierta porque habrá otros hitos importantes a tener en cuenta en la negociación.
Trillo y Almaraz
Por ejemplo, en septiembre, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se tiene que pronunciar al respecto de la prórroga de la central nuclear de Trillo, que se la tiene que otorgar hasta el 2035. Asimismo está previsto que el Gobierno apruebe dicha prórroga dos meses después, en noviembre.
Justo en ese momento, el CSN tiene que iniciar la documentación para poner en marcha el cierre previsto del reactor nuclear de Almaraz I, el primero que se apagaría, según lo previsto, en 2027.
Así, que todo puede pasar aún. La negociación está abierta. La batalla nuclear regresa con nuevos elementos sobre la mesa que trastocan todo lo acordado.
Iases
29/01/2024