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Las huellas de carbono reúnen todas las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas en un año completo. Los datos se obtienen de una variedad de fuentes distintas, incluidos tanto los combustibles utilizados, la electricidad consumida como aspectos como los desplazamientos o la logística con el fin de obtener una huella completa y precisa. Estas mediciones deben incluir un 100 % de las emisiones de Alcance 1 directo y Alcance 2 indirecto a partir de sus propias operaciones, además de todas las emisiones materiales de Alcance 3 con el fin de poder alcanzar la neutralidad climática.

La neutralidad en carbono no debe verse como una iniciativa aislada, sino que se debe integrar en los esfuerzos de sostenibilidad de manera transversal. De hecho, existen beneficios añadidos derivados de estos esfuerzos que pondrán en valor los informes anuales de sostenibilidad de las empresas y fortalecerán sus comunicaciones frente a marcos particulares. Ejemplos de ello son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los que hablaremos más adelante, o el Carbon Disclosure Project (CDP) lo que permite a las empresas cumplir con la normativa vigente y alinearse con las recientes recomendaciones de la Task Force for Climate-related Financial Disclosures (TCFD).

Con el fin de hacer realidad las ambiciones de neutralidad en carbono, es fundamental que se cuente con una estrategia sólida que deberá tener en cuenta tres aspectos diferentes. El primero, el Buen Gobierno, es recomendable que la empresa cuente con el total apoyo y supervisión del equipo de directivos. Un segundo elemento es la integración de la neutralidad de carbono en la Estrategia Corporativa: la estrategia de neutralidad climática y los métodos que se elijan para conseguirla deberán estar alineados con los objetivos generales de su negocio. Un tercer elemento es la Comunicación, basada en la transparencia tanto interna como externa de los objetivos de neutralidad.

SBT, Objetivos en Base a la Ciencia

Con el fin de alcanzar la neutralidad de carbono, los objetivos que establezca la empresa para reducir sus emisiones deberán ser bastante ambiciosos y bien planificados.  Deberán centrarse en la reducción de emisiones, en términos absolutos o relativos como, por ejemplo, emisiones de carbono por unidad de salida o por ventas. Debemos establecer objetivos a largo plazo, pero también incluir objetivos intermedios manejables.

Y en lo que se refiere a objetivos, hay que hablar de los objetivos en base a la ciencia (SBT por sus siglas en inglés). Se trata de objetivos que se han desarrollado específicamente con arreglo a la ciencia climática y al nivel de descarbonización necesario para limitar un aumento mundial de temperatura de 2 °C.  Actualmente 400 corporaciones ya se han comprometido con esta iniciativa, y 100 de estas empresas ya han obtenido la verificación oficial de sus objetivos por parte de la Science Based Target Initiative (SBTi), lo que debe interpretarse como una señal clara a los políticos de que la industria está comprometida a desempeñar su papel para descarbonizar la economía.

Destacamos algunos de los métodos más efectivos de reducción de emisiones:

  • Fomentar inversiones que favorezcan la eficiencia energética. Invertir en mejores sistemas y nuevos procesos de gestión, como por ejemplo un software adecuado para recopilar datos que monitoricen el uso de energía.
  • Actualizar los criterios de compras. Aquellas empresas que tengan una proporción grande de emisiones de Alcance 3 deben analizar el grado de implicación del mayor número de partes interesadas dentro de su cadena de suministro.
  • El cambio de conducta y la actualización de sus políticas internas, la promoción y el compromiso continuo con sus empleados garantizará que la reducción de emisiones esté integrada dentro de la estrategia de su organización.
  • Poner un precio interno al carbono dentro de su compañía puede generar unas reducciones más eficientes, contando las diferentes actividades empresariales con un coste “virtual” adicional asociado a su eficiencia de carbono.
  • Las energías renovables son una parte cada vez más importante en las estrategias para alcanzar la neutralidad en carbono. Las empresas pueden apoyar sus compromisos adquiriendo energía con Garantías de origen (GdOs), Certificados de energía renovable (RECs) o Garantías de origen de energía renovable (REGOs) para demostrar el origen de su consumo de electricidad.

Los créditos de carbono y los objetivos de desarrollo sostenible

Muchas empresas logran alcanzar la neutralidad en carbono comprando y retirando créditos alta calidad . Estos normalmente provienen de proyectos de energías renovables, eficiencia energética o de proyectos forestales subsidiados mediante la compra de créditos de carbono. Es muy probable que los créditos de carbono desempeñen un papel fundamental y continuo durante todo el camino hasta alcanzar la neutralidad en carbono, pero también tendrán impactos sociales positivos sobre las comunidades locales o internacionales. Es mediante la evaluación de estos beneficios adicionales que podrá establecer sus propios criterios y seleccionar la forma más adecuada de compensar las emisiones de su organización.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), citados anteriormente, fueron establecidos por las Naciones Unidas como un llamamiento universal para tomar medidas con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurarse que todas las personas disfrutan de paz y prosperidad. Para ello se establecieron 17 objetivos en total relacionados con áreas como el cambio climático, la igualdad económica, la innovación y la sostenibilidad.

De hecho, muchos proyectos se van a desarrollar en zonas pobres en todo el mundo donde una energía ineficiente y sucia está causando no solo emisiones que contribuyen al cambio climático, sino también impactos a la salud que constituyen una amenaza contra la vida, además de desigualdad y pobreza. Por ello, acceder a una energía más limpia (en sí uno de los propios ODS) también ayuda a las comunidades a obtener beneficios en materia de salud, acceso a nuevas tecnologías sostenibles y al fomento de las economías locales. Por lo tanto, compensar sus emisiones con los créditos de carbono adecuados y verificados puede ayudar a su organización a contribuir a estos objetivos mundiales fundamentales.

En definitiva, hoy en día las empresas tienen que hacer frente a una presión cada vez mayor por parte de sus stakeholders para responder debidamente contra el cambio climático. Aquellas empresas que alcancen un estado de neutralidad en carbono contarán con una mejor protección frente a los próximos cambios del mercado y a una legislación inminente, ya que los gobiernos también hacen frente a un mayor nivel de presión para poder responder a este desafío. Por último, también hay que tener en cuenta el reconocimiento añadido que se recibirá al contar con una ventaja competitiva y una mejora en su reputación.

Cristina Raventós es manager de EcoAct en España

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