Política energética

Hungría recaudará 4.120 millones con un nuevo impuesto a bancos y eléctricas

Con el objetivo de compensar la inflación y el aumento de los precios de energía

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El Gobierno de Hungría anunció este jueves que este año recaudará 2.040 millones de euros, y otros 2.080 en 2023, con el nuevo impuesto al beneficio extraordinario de grandes empresas, como bancos, aseguradoras y eléctricas, para compensar la inflación y el aumento de los precios de energía.

"La inflación crece, hay que defenderse para controlar la deuda estatal y el presupuesto", explicó a la prensa Márton Nagy, ministro de Fomento Económico, quien agregó que el Gobierno recaudará "los beneficios extra" en los sectores afectados.

La economía de Hungría

Esos 4.120 millones de ingresos extras suponen un 1,15 % del PIB nacional calculado para este año.

El Gobierno ha anunciado que su principal tarea es defender la economía del país ante la crisis y el aumento de precios de la energía derivada por la invasión rusa de Ucrania.

De esta manera, el Ejecutivo espera recaudar 766 millones tanto de la banca como de las empresas energéticas; otros 127 de las aseguradoras; 153 del comercio; 102 de las telecomunicaciones; 76 millones de las aerolíneas; otros 51 de las farmacéuticas; y 38 millones extras, sólo el año que viene, del sector publicitario.

Por otra parte, el ministro anunció que el Gobierno planea disminuir los gastos de los ministerios y reorganizar los gastos estatales, aunque sin dar más detalles.

A estos números se agregan los 255 millones que aportara el aumento de otros impuestos ya existentes,

El 77 % de esos ingresos extras en 2022 y 2023 se dedicarán, según el Gobierno, a evitar que los hogares tengas más gastos, y el resto a políticas de defensa.

El impuesto hasta 2023

Según Nagy estos impuestos son necesarios para poder mantener el déficit público en el 4,9% previsto para 2022, y en el 3,5 % para el año que viene.

Hungría necesita 750 millones y 4 años para poder prescindir del petróleo ruso
El ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, indicó hoy que para poder prescindir del petróleo ruso su país necesitaría 4 años y unas inversiones de 750 millones de euros.

El primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, justificó ayer este impuesto, aplicable hasta 2023, en los beneficios extraordinarios que muchas empresas están teniendo debido al aumento de los precios.

Orbán, en el poder desde 2010, ya introdujo en 2011 y 2013 impuestos extraordinarios a las grandes cadenas de supermercados y bancos, y luego ha ido aplicando otras tasas a las grandes empresas.

La oposición ha criticado la medida y la izquierdista Coalición Democrática aseguró que las empresas afectadas trasladarán los impuestos a los usuarios subiendo aún más el coste de sus productos.

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