La ofensiva contra las energías renovables en Estados Unidos vuelve a golpear al sector eólico marino, pero Iberdrola mantiene el rumbo. El pasado viernes la administración Trump canceló 679 millones de dólares en financiación federal destinados a una docena de proyectos de infraestructura que respaldarían el desarrollo de la eólica marina.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha colocado a la industria eólica en el centro de sus ataques, frenando nuevas concesiones para proyectos eólicos offshore desde el primer día de su mandato. En los últimos días, sin embargo, las medidas se han endurecido. “Los proyectos eólicos desperdician recursos que podrían destinarse a revitalizar la industria marítima estadounidense”, defendió el secretario de Transporte, Sean Duffy, al anunciar que los fondos ahora se redirigirán a mejoras portuarias e infraestructuras convencionales.
Y aunque la española resiste, el golpe más duro lo recibe el Humboldt Bay Offshore Wind, en el norte de California, que pierde 427 millones de dólares en financiación federal. Esta terminal era considerada clave para que el estado alcanzara su objetivo de instalar 25 gigavatios de potencia eólica marina para 2045.
Paralizaciones
El freno no se limita a los fondos. La semana pasada, el Departamento del Interior ordenó a la danesa Orsted detener la construcción de Revolution Wind, un parque frente a la costa de Nueva Inglaterra que se encontraba al 80% de ejecución y que ya contaba con todos los permisos. La medida desató una fuerte reacción en los mercados: las acciones de Orsted se hundieron a mínimos históricos.








Celia
01/09/2025