Las empresas europeas de gasoductos se niegan a declarar las emisiones derivadas del gas que transportan, que en promedio son 150 veces mayores que las que sí declaran.
Su práctica de declaración impide que estas emisiones transportadas se registren, lo que genera un potencial de lavado de imagen ecológico y un riesgo impagable para las instituciones financieras que les prestan e invierten en ellas.
Esta laguna se ha formado principalmente debido a la falta de una orientación clara por parte del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, organismo que establece los estándares.
Las empresas europeas de gasoductos, conocidas oficialmente como operadores de sistemas de transmisión (OST), declaran menos del 1% de sus emisiones en promedio debido a una laguna en la contabilidad climática que les permite ocultar su impacto ambiental a los inversores.
Una nueva investigación del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) revela que la falta de orientación por parte del organismo regulador, el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, permite a las empresas de gasoductos no reportar las emisiones derivadas del uso final del gas que transportan.
Ambigüedad
Esta ambigüedad sobre las "emisiones transportadas" implica que los inversores pueden tener la falsa impresión de que estos GRT de gas son entidades bajas en carbono, de alguna manera independientes de la cadena de valor de los combustibles fósiles y sus riesgos, cuando en realidad son su eslabón intermedio crucial.
Esto genera potencial de lavado de imagen y riesgo no valorado en las instituciones financieras que prestan servicios a estas empresas de gasoductos, ya que estas emisiones indirectas prácticamente no se registran en los libros.
"Esta falla fundamental en la contabilidad climática distorsiona el mercado al permitir que las empresas de gasoductos atraigan capital que, de otro modo, podría fluir hacia inversiones más ecológicas", afirmó Arjun Flora, analista de finanzas energéticas del IEEFA y autor del informe.
"El riesgo más amplio es que esta laguna legal, en última instancia, retrase la electrificación de los sectores consumidores de gas y la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles".
Emiten 150 veces más
El informe abarca seis empresas europeas de gasoductos, ninguna de las cuales declara emisiones transportadas: Enagás, Fluxys, Gasunie, NaTran, Open Grid Europe y Snam. En conjunto, poseen y operan más de 100.000 km de gasoductos y más de la mitad de las terminales de gas natural licuado de la UE.
El IEEFA estima que las emisiones transportadas totales de estas seis empresas ascienden a 700 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, una cifra similar a las emisiones de gases de efecto invernadero de Alemania, la mayor economía de la UE.
Las emisiones transportadas de estas empresas son, de media, unas 150 veces superiores a las emisiones totales declaradas.
Los GRT alegan el tecnicismo de no poseer ni vender el gas como justificación para no declarar las emisiones transportadas.
«Esto contradice el papel que las empresas de gasoductos presentan como socios en la transición energética, comprometidos con la reducción de emisiones mediante la transición a redes de gas bajas en carbono. No son meros transportistas neutrales de gas de terceros, sino poderosos actores corporativos que influyen activamente en la política energética europea», declaró Flora.
De ello se desprende lógicamente que estas empresas deberían reconocer plenamente las emisiones aguas abajo del gas que transportan en sus emisiones de Alcance 3. El hecho de que no lo hagan, a pesar de las claras directrices de los expertos en divulgación CDP y la iniciativa Science Based Targets, entidad certificadora de objetivos, debería ser motivo de preocupación para las partes interesadas.
Recomendaciones contradictorias
El informe concluye que, hasta la fecha, no se ha ejercido suficiente presión sobre las empresas de gasoductos para que mejoren su transparencia.
Esto se debe, en parte, a las recomendaciones contradictorias del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, así como al retraso de las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad específicas para cada sector.
En opinión de IEEFA, cerrar la brecha legal en las emisiones transportadas permitiría a las empresas de gasoductos demostrar su progreso, mientras trabajan para hacer realidad su visión compartida de una red de gas baja en carbono que apoye la seguridad energética de Europa.
Flora afirmó: «Informar sobre estas emisiones aportaría una credibilidad significativa a los planes de transición, los marcos de financiación y las estrategias comerciales de las empresas de gasoductos al comunicarlos a los mercados financieros, los organismos reguladores y el público». Notas para los editores
El papel de los operadores
Los GRT de gas poseen y operan las redes de gasoductos de alta presión, las terminales de gas natural licuado y los activos de almacenamiento de gas que constituyen la columna vertebral del suministro de gas natural en Europa. Estas empresas conectan a los productores e importadores de gas con distribuidores y grandes consumidores, como centrales eléctricas de gas o grandes usuarios industriales. El gas que transportan los GRT representa aproximadamente el 29 % de las emisiones anuales de combustión de combustibles en Europa, según la Agencia Internacional de la Energía.
Las emisiones de Alcance 3 son emisiones indirectas (no incluidas en el Alcance 2) que se producen en la cadena de valor de una empresa que presenta informes, incluyendo tanto las emisiones aguas arriba como las aguas abajo. Los GRT europeos excluyen las emisiones aguas abajo del gas que transportan de sus informes de Alcance 3, alegando el tecnicismo de que no lo hacen al no poseer o vender el gas.
El término "emisiones totales notificadas" se refiere al total de emisiones directas (Alcance 1) e indirectas (Alcances 2 y 3) de gases de efecto invernadero, según la definición del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero.
Durante la última década, los GRT de gas europeos se han redefinido como socios para la transición energética y han promovido activamente los gases bajos en carbono. Esto ocurre a pesar de la falta de mercados escalables o cadenas de suministro para estos gases bajos en carbono, principalmente porque son demasiado caros, ineficientes o experimentales para las aplicaciones propuestas. Los GRT abogan por políticas de apoyo a través de grupos como la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transporte de Gas (ENTSO-G), Gas Infrastructure Europe, la iniciativa European Hydrogen Backbone, Gas for Climate y CCS Europe.






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