El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha expresado su confianza en que el gravamen temporal a las energéticas, aplicado durante los últimos dos años, no se hará permanente y que pronto desaparecerá. Durante su intervención en el IX Foro de Energía de El Economista este jueves, Imaz subrayó que no existe una mayoría parlamentaria que respalde la permanencia de este impuesto, y señaló que su eliminación aceleraría la inversión en España.
El impuesto extraordinario a las compañías de energía fue instaurado en respuesta a los beneficios extraordinarios obtenidos por las empresas del sector durante la crisis energética que siguió a la guerra de Ucrania. Sin embargo, Imaz manifestó su escepticismo sobre la posibilidad de que el gravamen se convierta en una medida definitiva: "No hay una mayoría parlamentaria hoy para que esto se aprobase para quedarse", afirmó.
Imaz, que anteriormente había advertido que Repsol podría reconsiderar sus inversiones en España si el impuesto persistía, argumentó que la continuidad de esta medida afecta negativamente al entorno competitivo del país. "Cuanto antes desaparezca ésto y tengamos una situación normalizada desde el punto de vista fiscal, más aceleraremos la inversión en este país", declaró, aludiendo a la necesidad de condiciones fiscales estables para fomentar la inversión.
Condiciones
El consejero delegado de Repsol destacó que su empresa, al igual que otras compañías energéticas internacionales, compite en un escenario global, enfrentándose a rivales de otros países que operan bajo marcos regulatorios y fiscales diferentes. En este sentido, Imaz advirtió que la imposición de condiciones que dificultan la rentabilidad en España podría tener consecuencias adversas para el empleo local. "Queremos invertir, pero si se ponen unas condiciones que impiden la rentabilidad en España, el empleo se daña en España y se favorece el de terceros países", explicó.
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