Política energética

Industria estudia ampliar la bajada de la luz del 2,2% a 2016 y dedicar el superávit a reducir deuda

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El Ministerio de Industria, Energía y Turismo estudia ampliar al conjunto de 2016 la bajada de la luz aplicada en agosto, así como rebajar entre un 0,5% y un 1% adicional el recibo y dedicar todo el superávit de tarifa de 2014 a reducir la deuda del sistema eléctrico, indicaron a Europa Press fuentes del sector.

Las fuentes aseguran que esta es la premisa con la que se elaboran los documentos de trabajo para la elaboración de la orden ministerial de peajes de enero, que partirá de la visión continuista de anteriores años, sin subidas en los términos fijos o variables de la electricidad y con un mantenimiento general de los costes. Sin embargo, ofrecerá un alivio al recibo, y lo hará sin renunciar al objetivo de reducir la deuda eléctrica.

Conforme a este plan, Industria será capaz de mantener la bajada de agosto sin necesidad de echar mano del superávit de tarifa de 2014, que finalmente rondará los 550 millones de euros y que se dedicará, como contempla la ley, a reducir la deuda del sistema eléctrico.

En agosto, el Gobierno aprobó una bajada de peajes de electricidad del 4% que permitió abaratar un 2,2% el recibo de la luz. Para ello, se sirvió de un remanente de 250 millones de euros relacionado con los pagos por capacidad y, más en concreto, con la ociosidad de una partida inicialmente prevista para incentivar la quema de carbón nacional.

Pese a la medida, Industria se ha encontrado con que en 2015 puede tener un superávit de tarifa de 900 millones, así que se ha animado a buscar fórmulas que permitan rebajar la tarifa y que dejen este excedente en unos 600 millones. No solo ampliará al conjunto de 2016 la bajada de agosto, sino que maneja otras opciones para bajar hasta un 1% adicional la luz.

Sobre el carbón, en 2016 está prevista la puesta en marcha del nuevo mecanismo de incentivo a la quema de carbón nacional mediante el apoyo a la modernización medioambiental de las plantas, si bien este coste no tiene por qué cargarse sobre la tarifa y podría recaer sobre otros instrumentos, entre ellos un fondo mixto constituido entre el Ministerio de Industria y el de Medio Ambiente.

El impacto de esta medida sobre el conjunto de 2016 no será el mismo que en los cinco últimos meses de 2015. Si entre agosto y diciembre de 2015 ha permitido bajar un 2,2% la luz, en los doce meses de 2016 solo podrá abaratarla en un 1,1%, por lo que Industria deberá hacer un esfuerzo adicional.

Este esfuerzo hasta alcanzar el 2,2% de bajada deseado podrá venir de un recorte en otros pagos por capacidad de las centrales térmicas, entre ellas los ciclos combinados de gas, ya que algunos de ellos empiezan a cumplir el periodo de reconocimiento de su retribución por inversión. También se esperan un menor uso del carbón, una demanda eléctrica al alza y un leve descenso en los costes de amortización de la deuda.

De esta forma, se habrá conseguido aplicar en todo 2016 la rebaja de tarifas del 2,2%. Para lograr el abaratamiento adicional, se adoptarán otras medidas, como previsiblemente la de ajustar los costes extrapeninsulares a la evolución real del petróleo y el cambio del euro con el dólar. La demanda es ahora viento de cola, ya que subirá cerca del 2,2% en 2015 y un 1% en 2016.

Superávit

En cuanto al superávit de tarifa de 550 millones de 2014, las fuentes aseguran que se dedicarán íntegramente a rebajar la deuda eléctrica y a cumplir de esta forma la 'regla de oro' de la Ley del Sector Eléctrico de finales de 2013, en la que se obliga a destinar a esta partida los eventuales excedentes tarifarios.

En 2015, el superávit aumentará a unos 600 millones si se consolida la previsión de aumento de la demanda de electricidad, mientras que en 2016 podría llegar a 900 millones, lo que generará un escenario mucho más cómodo para los responsables políticos del momento.

Si se cumplen estos pronósticos, el sistema eléctrico habrá arrojado un excedente de unos 2.000 millones en apenas tres años que, al dedicarse a rebajar el principal y los intereses de la deuda, también tendrá un efecto indirecto aunque no tan significativo de bajada de peajes, ya que los consumidores pagarán menos por la partida dedicada a saldar este pasivo.

Además, la deuda total acumulada al arranque de 2016 se situará en el entorno de la cota psicológica de los 20.000 millones, frente a los 28.000 millones que llegó a alcanzar en los momentos de mayor déficit de tarifa.

Para 2016, el nuevo Gobierno se encontrará con menos urgencias en el sector eléctrico y tendrá algo de margen para revisar incluso partidas de ingresos como el impuesto del 7% a la generación de electricidad, que se estableció de forma coyuntural para responder a una situación excepcional. Las compañías eléctricas están centrando sus reivindicaciones regulatorias en rebajar este impuesto.

En todo caso, aún existen elementos de incertidumbre como la nueva metodología con la que la CNMC deberá fijar el margen de comercialización de las eléctricas en el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), después de que una sentencia del Tribunal Supremo reconociese la insuficiencia de ingresos de las comercializadoras de referencia.

Se desconoce el impacto de la medida, pero es probable que el Gobierno se vea obligado en algún momento a incluir entre los costes del sistema tanto el nuevo margen del comercializador como el dinero que se debe devolver a las empresas por obligarles a operar en pérdidas. Hace dos años, estas empresas publicaron pérdidas por valor cercano a los 100 millones de euros.

Aparte de la orden de peajes eléctricos de 2016, el Gobierno ya ha dado casi por concluida toda la regulación sobre esta materia. Las normas que faltan, entre ellas un procedimiento de desarrollo de la actividad de renovables y otras incluidas en el conocido como 'decreto escoba', están ya finalizadas y probablemente vean la luz antes del fin de la legislatura.

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