La invasión de Ucrania ha marcado un punto de inflexión en la política energética de Italia, país que aspira a convertir su histórica dependencia del gas ruso en una oportunidad para garantizar la seguridad del suministro de sus socios europeos, a los que ya exporta esta materia prima.
Su posición geoestrátegica hace de la Península Itálica una pieza clave en el mapa energético de la Unión Europea, gracias a los gasoductos que la unen con Argelia y Libia, proveedores alternativos a Rusia, y a las interconexiones con el norte de Europa a través de Suiza, Austria y Eslovenia.
Considerada como uno de los grandes consumidores europeos de esta materia prima, Italia importó 72.728 millones de metros cúbicos (m3) de gas natural en 2021, según los datos publicados en la web del Ministerio italiano de Transición Ecológica.
De esa cantidad, el 39,8 %, unos 29.000 millones de m3, procedieron de Rusia, unos niveles aún por debajo de los 33.449 millones de m3 que registró en 2019, último ejercicio previo a la pandemia del coronavirus.
Tomando como base la década comprendida entre 2011 y 2021, Italia importó desde aquel país cerca de 301.517 millones de m3, o lo que es lo mismo, el 41,3 % del total.
Las cifras muestran cómo el gas ruso ha ido desplazando progresivamente al de Argelia, que, aún así, ha representado el 24,6 % de las importaciones realizadas por el sistema italiano en los últimos diez años.
Argelia, alternativa a Rusia
Sin embargo, la guerra en Ucrania y las consiguientes sanciones de la Unión Europea han empujado al Gobierno de Mario Draghi a buscar alternativas que acaben con la dependencia del gas con origen en Rusia.
Una de ellas pasa, precisamente, por incrementar el flujo desde Argelia, a través del gasoducto Transmed, uno de los cinco que permiten a Italia importar gas natural del exterior.
Según estima la empresa de hidrocarburos ENI -controlada al 30 % por el Tesoro italiano-, Italia puede obtener 9.000 millones de m3 más de gas al año a través de esta infraestructura.
Esto convertiría al país africano en el primer proveedor de Italia, y reduciría las compras de Roma a Rusia por casi un tercio.
Por eso, el primer ministro italiano ha viajado este lunes a Argel con la intención de firmar un acuerdo con el Gobierno argelino que aumente la colaboración entre ENI y la compañía nacional Sonatrach.
La voluntad de reforzar los lazos con Argelia es tal que recientemente el ministro italiano de Exteriores, Luigi Di Maio, lo ha considerado como un "socio estratégico" con el que tienen el objetivo de "fortalecer la cooperación bilateral para abordar las necesidades europeas de seguridad energética a la luz del conflicto en Ucrania".
Italia un hub de gas para Europa
Pero las oportunidades van más allá, y es que, desde comienzos de año, Italia se ha convertido en un exportador de gas natural a bajo precio con destino a otros países europeos, un hito relevante si se tiene en cuenta la oleada de máximos históricos en el precio de la electricidad.
Diarios de tirada nacional como La Repubblica se hacían eco de este cambio de marcha el pasado enero, cuando destacaban cómo el país se había convertido en "protagonista" del mercado en plena Navidad, con los operadores vendiendo "ininterrumpidamente" esta materia prima tanto hacia Suiza (y desde aquí a Alemania o los Países Bajos) como hacia Francia.
Desde LuceGas.it, del grupo Selectra, explican que esta situación se debe a que, por segunda vez en dos años, Italia terminó el año con las reservas suficientes como para conseguir exportar gas hacia los mercados extranjeros.
Habría tres motivos que lo explicarían, de un lado, técnicos, gracias a la intervención de Snam -el gestor técnico italiano- sobre la red nacional para permitir no sólo las importaciones sino también las exportaciones.
También por razones comerciales, pues Italia puede presumir de una "amplia y reciente" red de almacenamiento, así como geopolíticas vinculadas al gasoducto TAP, canal que conecta Apulia (región del sur) con Azerbaiyán y por el que llegaron aproximadamente 5.600 millones de m3 de gas natural hacia finales de 2021.
El último documento sobre "Puntos de Entrada y Salida de la Red Nacional del año 2022", elaborado por el Snam y consultado por Efe, enumera las seis vías por las que Italia puede exportar gas: Gorizia (en la frontera con Eslovenia); Bizzarone y Passo Gries (en la frontera con Suiza); Tarvisio (en la frontera con Austria); la República de San Marino, y Melendugno (gasoducto TAP).
De esta forma, se da un nuevo uso a canales que, tradicionalmente, se han destinado a la importación desde Rusia (por medio de Tarvisio), de Azerbaiyán (por Melendugno), y Noruega (de donde procedió el 2,7 % del gas a Italia en 2021, por Passo Gries).
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