Japón ha aprobado que dos reactores nucleares de más de 40 años situados en el oeste del país puedan funcionar durante otras dos décadas, lo que los convierte en los primeros en lograr este tipo de autorización especial creada después del accidente de Fukushima.
La eléctrica Kansai Electric Power solicitó el año pasado los permisos para que los reactores 1 y 2 de su planta de Takahama, puestos en marcha en 1974 y 1975 y que actualmente están parados, pudieran volver a operar después de que en 2012 Japón aprobara limitar la vida útil de las centrales hasta los 40 años.
Esa ley permite sin embargo prórrogas de hasta 20 años **si se garantiza un nulo grado de desgaste y el mantenimiento a nivel tecnológico de las instalaciones.**Tras superar varias revisiones, la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) ha dado el visto bueno al plan de la empresa para reformar el sistema de cableado eléctrico y para recubrir de hormigón las vasijas de los dos reactores para octubre de 2019.
Cumplimentado ese plan, las unidades se pondrían en marcha a partir de esa fecha. Paradójicamente, una orden judicial emitida el pasado marzo obligó a detener los otros dos reactores de la planta de Takahama, el 3 y el 4.
La corte dio la razón a una demanda interpuesta por particulares que consideran que el funcionamiento de la planta supone un peligro para la región donde se sitúa porque ésta podría sufrir un desastre natural como el terremoto y tsunami que provocaron el accidente de Fukushima.
La decisión de este tribunal refleja el sentir de la mayoría de los japoneses, que rechaza en las encuestas la apuesta del actual Gobierno por reactivar plantas por miedo a que se repita un accidente como el de 2011.
A raíz de la decisión judicial de marzo, solo dos reactores (ambos en la central de Sendai, en el suroeste del país) de los 43 en condiciones operativas que tiene Japón se encuentran funcionando actualmente
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