La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha alertado de que se afronta "una crisis mundial en la oferta de crudo a mediados de la próxima década" si los países productores de petróleo convencional, la mayoría en Oriente Medio, no aumentan su inversión en proyectos de extracción.
El director general del organismo, Fatih Birol, advirtió de que esta inminente crisis plantea "un gran desafío" para "la seguridad energética" global, al presentar en Londres el informe anual "Perspectivas para la energía mundial 2018".
"Los mercados del petróleo entran en una nueva fase de gran volatilidad e incertidumbre, por los cambios en los fundamentos del sector pero también por la mayor interconexión entre la geopolítica y la energía", declaró.
La AIE señala en su informe que, mientras que desde 2014 en Oriente Medio ha descendido la inversión en proyectos de petróleo convencional, Estados Unidos (EEUU) está ganando terreno en la producción de crudo y gas de lutita, también conocido como gas de esquisto? o gas pizarra, y se prevé que en 2025 se convierta en el primer productor del planeta.
Sin embargo, es improbable que las exportaciones de EEUU pudieran compensar la escasez de suministro prevista a medio plazo por parte de miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que causaría la mencionada crisis.
Si los productores de petróleo convencional no garantizan su producción, el mundo pasaría a "depender enormemente de Estados Unidos", dijo Tim Gould, jefe de la división de suministro energético e inversión de la AIE.
En su informe, la Agencia calcula que la demanda de energía en el mundo aumentará más de un 25 % de aquí a 2040 -sobre todo desde Asia y, en particular, India- y un 80 % de este crecimiento corresponderá a combustibles fósiles, principalmente petróleo.
El consumo de crudo crecerá hasta unos 106 millones de barriles diarios en 2040 por los sectores petroquímico y de transporte, como aviones, camiones y barcos de carga, mientras que en el caso de los coches habrá un declive después de 2025.
"Pese al avance de las fuentes de energías renovables y la progresiva tendencia a la electricidad, el sistema sigue dependiendo enormemente de los combustibles fósiles", que incluyen crudo, carbón o gas natural, señaló Birol.
La demanda de gas natural "va en aumento", con China en cabeza, mientras que, entre las fuentes renovables, avanza la energía solar "gracias a las políticas de los Gobiernos", pero "otras tecnologías de bajas emisiones necesitan más impulso", dice la Agencia.
Para sostener el consumo energético global, la AIE estima que se requerirán unos dos billones de dólares de inversión anuales en los próximos 25 años para el suministro de energía, mientras que los productores de crudo convencional deberían casi doblar sus inversiones actuales.
En el informe de este año, la Agencia analiza la expansión de la electricidad como fuente de energía en una economía "cada vez más digitalizada" y con mayor demanda de vehículos eléctricos.
Para que la generación de electricidad sea sostenible y beneficiosa para el medio ambiente, se deben potenciar las fuentes de energía renovables y los Gobiernos "deben invertir para mejorar el sistema de suministro" así como los sistemas de ahorro y eficiencia, señala el organismo.
Con todo, Laura Cozzi, otra autora del estudio, señaló que a día de hoy es improbable una "electrificación" de toda la economía, a partir del 20 % actual.
Birol declaró en Londres que otro grave problema en el sector energético es "la brecha que existe entre los objetivos acordados contra el cambio climático y lo que realmente sucede en el mercado".
El economista lamentó que, "después de tres años planos, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) ligadas a la energía aumentaron un 1,6 % en 2017 y se prevé que alcancen un nuevo récord este año", lo que "está lejos" de las metas del acuerdo de París de 2015.
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