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La caída del precio del crudo agrava la escasez e inflación en Venezuela

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La economía venezolana ha tenido en 2015 uno de sus más complicados años, con una persistente caída de los precios del petróleo, que ha agravado los problemas de escasez, contracción del crecimiento y altísima inflación.

El presidente, Nicolás Maduro, realizó una gira por Rusia, China, Irán, Arabia Saudí, Catar, Argelia y Portugal, en la que trató de conseguir financiación y formar un frente común para tratar de reflotar los precios petroleros, que, defiende, deberían situarse en 100 dólares por barril.

Tras la reunión con su homólogo ruso Vladimir Putin, el mandatario venezolano informó de que finalizó su periplo con la consecución de "todos los recursos" para el desarrollo del país, cuyo presupuesto para 2015 había sido calculado en base a un precio medio de 60 dólares por barril.

Desde entonces el precio del crudo ha menguado hasta menos de 35 dólares por barril, el más bajo en los últimos seis años.

Más del 90% de las divisas que ingresa Venezuela provienen de la venta de petróleo, recurso energético del que es quinto exportador mundial y del que posee las mayores reservas del globo.

El jefe de Estado aseguró que ha concretado una alianza con "importantes bancos" cataríes con el fin de dar a su país el "oxigeno suficiente" para cubrir las pérdidas derivadas de la caída de los precios del hidrocarburo.

En reiteradas ocasiones Maduro y otros chavistas han responsabilizado de la crisis a la "guerra económica", como denominan a lo que consideran una conspiración de la oposición venezolana con la ayuda de empresarios privados y de Estados Unidos.

En febrero el principal directivo de la cadena de supermercados "Día a Día" fue ingresado en prisión acusado de los delitos de boicot y desestabilización económica por cometer supuestas irregularidades en la distribución de alimentos.

De acuerdo a las investigaciones, funcionarios venezolanos "realizaron una inspección en los galpones del supermercado donde fueron localizadas toneladas de productos de la cesta básica".

El Gobierno también acusa a Lorenzo Mendoza, dueño de Polar, la principal empresa de productos básicos del país, de esconder los artículos y generar escasez, desabastecimiento e inflación. El propio Maduro se refirió a Mendoza como "el responsable de lo peor que le han hecho al pueblo venezolano que es la guerra económica".

Mendoza señala que "Polar ha sido objeto de acoso permanente" por parte de las autoridades y que la empresa ha "recibido más de 500 inspecciones de organismos" y ha sido sometida "a una campaña de desprecio desde los medios de comunicación del Estado".

La principal patronal del país, Fedecámaras, achaca la crisis a malas políticas macroeconómicas y a la corrupción, aunque se ha manifestado dispuesta a acompañar al Gobierno en la toma de decisiones económicas "fuertes" siempre y cuando se realicen "reformas" que permitan que la producción fluya.

El índice de inflación de Venezuela, del que se desconocen datos oficiales desde el cierre de 2014, no ha sido publicado por las autoridades porque el país está "en guerra", afirmó el diputado chavista José Ávila, miembro de la comisión de finanzas del Parlamento venezolano.

Estadísticas extraoficiales hablan de una inflación de hasta el 150 por ciento antes de que acabe el año.

La acelerada apreciación del dólar frente a la moneda local, que ha superado la barrera de los 900 bolívares por unidad en el mercado negro ilegal en Venezuela, ha causado alarma en los economistas, que hoy piden un ajuste cambiario adaptado a la realidad para detener la "caída libre" en la que, aseguran, se encuentra la economía.

En Venezuela existe un control de cambio desde 2003 que deja en manos del Estado la exclusiva de la compraventa de dólares a través de tres tipos de cambio, el más bajo de ellos a 6,30 bolívares por dólar y por el que, según el Gobierno, se rige la mayor parte de la economía del país, pues a ese precio se importan los productos básicos.

La segunda tasa de cambio está situada en 12 bolívares por dólar y la tercera funciona en el mecanismo de compraventa "libre" del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que ronda los 199 bolívares por dólar.

Para intentar combatir los males económicos, el Gobierno ha tomado a finales de año algunas medidas.

Se estipuló el "precio justo" de los productos básicos y el "precio máximo de venta" de otros productos y servicios. Este último limita las ganancias de los productores e importadores al 20 y 30 por ciento, respectivamente.

Igualmente se limitaron las ventas a, en la mayoría de casos, dos unidades de cada producto por persona, implementando el uso de sistemas de reconocimiento de huellas en los principales supermercados y farmacias y asignando dos días a la semana para efectuar las compras, determinados por el último número de la cédula de identidad.

También el Gobierno decretó el cierre de la frontera con Colombia en un intento de contener el contrabando de gasolina y alimentos básicos, que son subvencionados en Venezuela y por tanto mucho más baratos, hacia el país vecino.

Con todo, en el país caribeño continúan escaseando productos básicos como champú, papel higiénico, toallas sanitarias, jabón, medicinas, leche, café, harina, carne, pollo y huevos.

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