Eléctricas

La central nuclear de Fessenheim, la manzana de la discordia entre Francia y Alemania

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Con una capacidad instalada de 63,2 GW, el parque nuclear francés es el segundo más grande del mundo, después de Estados Unidos. En 2014, produjo 415,9 TWh de electricidad, es decir, el 77% de la producción total de electricidad. Cuenta con 58 reactores nucleares en operación en 19 localidades, 12 de ellos ya no están en operación y nueve están siendo desmantelados actualmente, pero ¿cuál será su futuro?

En julio pasado, el Gobierno de Francois Hollande aprobó una ley de Transición Energética donde se decidió limitar la capacidad nuclear en 63,2 GW, para que no suponga más del 50% de la producción de electricidad en 2025, y en paralelo desarrollar las renovables. Y si volvía a ganar las elecciones de 2017, prometió cerrar definitivamente la planta más antigua del país, la central nuclear de Fessenheim, construida hace 39 años (en 1977) con dos reactores de 900 megavatios de potencia cada uno.

Pero no es solo porque esté vieja. Es porque es la manzana de la discordia con su vecina Alemania, enfrascada en el objetivo 2022 para el cierre total de todas sus plantas. Y precisamente Fessenheim está en la región de Alsacia, es decir, tan en la frontera con la antinuclear Alemania que toca casi con los dedos su territorio.

¿Qué hacer con Fessenheim?

Dependerá de quién gane las elecciones. Si la balanza se inclina hacia posiciones más conservadoras, se mantendrán las tesis de la eléctrica estatal EDF. Y es que a día de hoy la legislación francesa no establece máximo de vida para las nucleares, pero EDF, propietaria de buena parte del parque nuclear en el país, debe validar cada 10 años un permiso de operación emitido por la ASN (Autoridad de Seguridad Nuclear) tras un exhaustivo estudio de las instalaciones. Y aunque fueron originalmente diseñadas para funcionar al menos durante 30 años, EDF pretende alargar su existencia hasta 50 o 60 años, en función de su estado.

Si la balanza es hacia las posiciones de Hollande, se han hecho varias sugerencias. La más pintoresca es la presentada por Ségolène Royal, ministra de Ambiente y Energía de Francia. Ha sugerido a Elon Musk construir una fabrica de automóviles eléctricos de Tesla Motors.

"Sería fantástico que nada más cerrar Fessenheim pudiésemos construir algo. Pasar página y mirar al frente. Al futuro. Y los coches eléctricos son la industria del futuro." Concluyó la ministra.

Pero no es tan sencillo. Y aunque la posibilidad de que Tesla Motors se establezca allí es muy bien recibida por los habitantes de Alsace, primero hay que negociar la compensación con la eléctrica, dueña del 20% (el gobierno tiene el 80% restante) de Fessenheim.

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