Cansados y desanimados, los habitantes de la cuenca minera turolense ven cómo cierra la central térmica de Andorra, el corazón industrial que ha impulsado el crecimiento del territorio durante cuatro décadas y, ahora, se apaga, sin UCI y sin ningún proyecto tangible que asegure el empleo a los trabajadores que formaban parte del sector.
“Los ánimos están por los suelos, es un abatimiento total y lo que nos faltaba era la crisis de la COVID-19, que ha retrasado todavía más los cursos de formación que nos prometieron y que tendrían que haber empezado al terminar Semana Santa”, relata a Efe el presidente del comité de empresa de Endesa, Hilario Mombiela.
Explica Mombiela que durante esta semana se puso en funcionamiento el grupo 1 de la central térmica para quemar las últimas 25.000 toneladas de carbón que quedaban reservadas antes de la desconexión oficial, con previsión de terminar el viernes, aunque su “sorpresa” fue cuando les avisaron que tenían que parar el jueves a las 21 horas, quedando 7.000 toneladas sin quemar.
La central térmica echará el cerrojazo definitivo el 30 de junio, pero Mombiela señala que a ellos todavía no les han comunicado “nada” sobre el desmantelamiento e indica que son quienes mejor conocen las instalaciones, aunque no tiene constancia de qué empresas llevarán a cabo esa labor y a qué personas se les ofrecerá trabajar.
“No tenemos solución y, cuando llegue, será muy tarde”, dice el presidente del comité de empresa, que lamenta que varios empleados ya se han marchado del territorio en el marco de las recolocaciones de Endesa.
El cierre de la central térmica de Andorra se lleva por delante a las empresas auxiliares que prestaban servicio en las instalaciones y que ya han comenzado con el despido de muchos de sus empleados, como Maessa, que ya ha iniciado un procedimiento de despido colectivo, o Nervión, que está en fase de negociaciones ante la previsible salida de todos sus trabajadores este mismo mes.
https://elperiodicodelaenergia.com/el-nuevo-estallido-social-que-le-llegara-al-gobierno-miles-de-subcontratados-ven-amenazados-sus-empleos-por-el-apagon-termico-del-30-de-junio/
“Aquí ha fracasado todo el mundo, la transición justa no ha existido, ha sido únicamente una transición energética”, manifiesta el secretario general de la Unión Comarcal de CCOO en Andorra, Antonio Jiménez, quien subraya que se habla de números, pero son “familias enteras” que dependían del sector.
“Hablamos de que en las empresas auxiliares había unas 300 personas en 2018 y ahora hay unas 150, cuando el compromiso era emplear a todos los trabajadores”, dice Jiménez, al tiempo que recuerda que han solicitado una reunión con el vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, y con la directora del Instituto para la Transición Justa, Laura Martín, para que les expliquen los plazos y forma del desmontaje y la puesta en marcha de los mecanismos de contratación.
El secretario general de la Unión Comarcal de CCOO en Andorra reconoce que la transición ecológica iba “a caer por su peso”, pero lamenta que no se hayan tenido en cuenta los puestos de trabajo y los compañeros que el día 1 de julio estarán en el paro: “de poco me vale que dentro de cuatro o cinco años haya industria, porque la gente ya se habrá ido”.
Para satisfacer ese periodo de tiempo hasta la reindustrialización del territorio, el alcalde de Andorra, Antonio Amador, asegura que están trabajando para “buscar soluciones” y reconoce que “no se puede perder mucho tiempo en lamentaciones porque la situación es complicada”.
“Esas soluciones pasan por medidas de choque y generar empleo de manera inmediata para que se puedan absorber los despidos que va a haber”, dice Amador, quien detalla que en el consistorio andorrano tienen “varias propuestas firmes” sobre la mesa y que están a la espera de la tramitación de los parques fotovoltaicos que necesitarán mano de obra en su montaje.
Miguel
06/06/2020