Ya nadie duda que el sector energético está cambiando a pasos agigantados y surgirán nuevos modelos de negocio hasta ahora desconocidos. Es lo que se conoce como la Revolución Industrial 4.0 en el sector energético, una transformación que viene de la mano de la digitalizacióna todos los niveles.
"El cambio es mayor en el sector energético y más concretamente en el eléctrico, porque lo está haciendo de forma radical", explica Santiago Gómez, director de Gestión de la Energía de Acciona Energía, en el Foro de enerTIC 'Eficiencia energética y Sostenibilidad en la Industria 4.0', "hasta ahora la electricidad se generaba en grandes centrales que generaban electricidad con determinadas tecnologías. Pero en los últimos años aparecen nuevas fuentes que compiten cada vez a menor coste y al mismo tiempo les acompaña una transformación inmensa en el sector".
Santiago Gómez se refiere a los sistemas distribuidos, al nuevo papel del consumidor, que tendrá mayor protagonismo, y a los costes de las tecnologías que van a ser muy distintos entre ellas. "Y todo esto va a afectar y de hecho, ya lo está haciendo, al negocio eléctrico, a las redes y a cómo se va a optimizar todos los recursos".
"Lo que está claro es que el cliente va a ser el foco central del nuevo negocio de las energéticas", señala por su parte Nuria Rodríguez, de la Unidad de Innovación de Naturgy, "y las empresas del sector tenemos que ver que la transformación digital es el medio para conseguir los objetivos que exige el cliente, es decir, energía más barata y sostenible".
En su opinión, "a las empresas no nos queda otra que adaptarnos a las nuevas exigencias del mercado".
"Según yo lo veo, hay una doble versión: situar al cliente en un lugar prioritario, donde las renovables son muy importantes", apunta Mª Paz García, Energy Management Director de EDP Renovables, "y la otra, el día a día del negocio con la cantidad de datos que manejamos. La pregunta que nos surge es cómo los gestionamos, qué hacemos con esos activos o cuál es su valor".
Pero no solo son los datos. La digitalización y la inteligencia artificial va a proporcionar nuevas herramientas que podrían facilitar el trabajo rutinario de las energéticas. Según la responsable de EDPR, "si pensamos en cómo operan los mercados, hay ciertos procedimientos que se hacen de manera regular y ordinaria que esperamos que en el futuro lo hagan los robots. Solo necesitamos que haya una mayor previsión en los cálculos. Y eso será un cambio revolucionario que transformará el negocio".
La digitalización también permitirá que, pese a la intermitencia de las renovables, se pueda mantener un suministro eléctrico seguro y fiable. "Me refiero a la flexibilidad y cómo vamos a optimizarla, que deje de ser un pasivo a un activo, y cómo incorporamos el almacenamiento. En las estrategias empresariales de cada compañía, estos cambios impactan sustancialmente, sobre todo a la hora de buscar de qué manera los integramos en nuestras actividades, pero podríamos hablar de otros elementos como podría ser, por ejemplo, el blockchain".
No hay duda, la transición hacia un nuevo modelo de negocio ya ha comenzado "y fruto del crecimiento que están teniendo las renovables y que seguirán teniendo, con mayor presencia en el mix, nuestra propia industria va a tener que ajustarse a los nuevos cambios".
"No solo será disruptor el papel de las energías renovables, también la movilidad eléctrica va a cambiar la manera en la que nos movemos por las ciudades o el cambio de mentalidad con una mayor racionalidad del uso de la energía", añade Paula del Castillo, directora de Estrategia y Desarrollo de ENGIE en España, "la Revolución Energética 4.0, se asienta sobre tres des: la descarbonización, la descentralización y la digitalización. Con la descentralización, aparecerán nuevos consumidores y también nuevos productores de energía ligados al punto de demanda, y no solo me refiero a fotovoltaicos, también biomasa, gas renovable, baterías..."
En cuanto a a digitalización, del Castillo se refiere a "la conectividad, los datos y todas las oportunidades que se van a abrir en torno a ella". Precisamente por esa razón, la experta asegura que "en el sector de la energía están entrando nuevas firmas, grandes compañías de otros sectores que harán una fuerte competencia a las tradicionales. Y uno de los retos que tenemos es adaptarnos y pasar de lo que conocemos hasta ahora, la energía analógica y centralizada, a otra más digital, más distribuida e incluso más personalizada a cada cliente. Y será así en toda la cadena de valor".
"El reto es ser capaces de transformarse y hacerlo globalmente mientras mantenemos el mismo servicio y las mismas exigencias que nos piden nuestros clientes. El mundo está cambiando, y en las grandes compañías, que no somos especialmente ágiles ni flexibles, tendremos que hacer un esfuerzo mayor".
Uno de los negocios con más posibilidades de futuro, según coincidieron todos, son las nuevas empresas que gestionen la demanda, que a los consumidores finales les hagan el trabajo de optimizar su contrato y en el caso de que generen su propia energía, sean capaces de venderla al mejor precio, "mientras el cliente no se ocupa de nada, solo de tener energía disponible 24 horas al día".
"Los clientes no solo demandan servicios, también querrán que estén acompañados de sostenibilidad, de eficiencia, de respeto al medio ambiente", concluye García, "y más allá de soluciones o paquetes cerrados, quieren una atención de calidad, es vital que nos perciban como socios, como aliados, después de tantos años de estar denostados según las encuestas de satisfacción de las asociaciones de consumidores".
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