240 GW. Más de dos veces la potencia instalada en España. Conseguir un permiso de acceso y conexión en el sistema eléctrico español se ha convertido en una carrera de tonto el último con el permiso de la autoridad. La fiebre por hacerse con los permisos continúa, y eso que Red Eléctrica prácticamente ha echado para atrás a la mitad de los proyectos.
Según los datos del operador del sistema, a 29 de febrero de 2020, ya se han otorgado 111,5 GW de eólica y fotovoltaica, de los cuales son 85,3 de PV y 26,2 GW de eólica. Para que se hagan una idea. Es 10 veces más de la fotovoltaica ya instalada y un poquito más de lo que ya hay conectado de eólica. Más del triple si se suman ambas.
A ello hay que sumar que ya se han denegado permisos por 93,2 GW, casi 80 GW de ellos de fotovoltaica y unos 13,3 de eólica. Es decir, que se echan para atrás los mismo gigavatios de fotovoltaica que a los que se les da permiso.
Y aun así, con estos datos en los que ya es prácicamente imposible encontrar un hueco entre los nudos eléctricos españoles, se siguen apuntando inversores para conseguir un punto de acceso y conexión como si fuera oro en paño.
A febrero aún quedan pendientes unos 28,5 GW de renovables (21,3 de fotovoltaica y 7,2 GW de eólica) de los que se tendrá que pronunciar Red Eléctrica en los próximos meses.
Pero es que esta cifra no baja lo suficiente a pesar de que las denegaciones se incrementan un 10% al mes y los permisos concedidos se siguen consiguiendo a un ritmo algo inferior. Esto hace que solo en febrero se hayan solicitado permisos para otros 14 GW de proyectos renovables.
Si se suma todo, los 111,5 GW concedidos, los 28,5 pendientes y los 93,2 GW denegados se obtiene la friolera de 233,2 GW. Si a ello se le añaden los permisos que han conseguido conectarse en el último año la cifra se dispara ya hasta los 240 GW.
Estas cifras indican una cosa, que hacer renovables en España se ha convertido en un negocio, pero no un negocio cualquiera, sino uno más bien donde los especuladores campan a sus anchas. Les da igual realizar el proyecto. Lo importante para muchos de ellos es conseguir los puntos de conexión para luego revenderlos y sacar tajada.
Y claro, con una situación así tratar de controlar la especulación y esta fiebre por los permisos se ha convertido en un imposible. El RD de Acceso y Conexión no llega a pesar de que el sector lo ha solicitado al Gobierno por hache y por be. Y la Circular de la CNMC, tampoco. ¿Para qué, verdad? Si ya hay 111 GW con permisos para qué se va a regular.
Y encima, ahora se viene otro problema. El cierre de las centrales térmicas que se comenzará a dar en el próximo mes de junio pondrá en liza más permisos de acceso y conexión. Y estando casi en el mes de abril, aún nos e sabe qué va a suceder con todos estos puntos. Mientras el Gobierno abogaba por dárselos a sus propietarios, es decir, las grandes eléctricas, la CNMC abogaba más por realizar una subasta por ellos en la que participaran más agentes, por aquello de ser justos con la competencia.
Pero claro, el Gobierno no quiere dárselo a cualquiera, sino a aquel que proponga un proyecto que tenga muy en cuenta la transición justa y cumpla con una serie de requisitos, algo que encarece bastante los proyectos y que solo están por la labor los propietarios de las centrales térmicas.
Si finalmente nos libramos del COVID-19 en los próximos dos meses daría tiempo a que se pudiera regular al menos esta parte de los puntos de conexión de las centrales térmicas.
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