El sistema eléctrico en Francia vuelve a ponerse malo. Ha cogido de nuevo la gripe nuclear. Un fenómeno que sucede a menudo en los últimos años, en los que el país vecino tiene que parar más reactores nucleares de lo deseado por mantenimiento o por temas de seguridad.
Ahora, RTE, el operador francés ha asegurado que el suministro eléctrico corre peligro en los próximos meses si llega una ola de frío y hay escasez de eólica. Para poder abordar este problema la mejor solución, antes de comprar tanta energía a países vecinos, es la puesta en marcha de las centrales térmicas de carbón que posee en stand by.
Así, el Ministerio de Ecología galo ha propuesto un decreto por el cual permitirá que las tres unidades de carbón restantes del país operen durante aproximadamente 1.000 horas durante los primeros dos meses de 2022.
Según cuenta Bloomberg, eso es 300 horas más que el límite anual que se estableció en 2019 para ayudar a frenar las emisiones de carbono.
“Esta medida es necesaria para garantizar la seguridad del suministro eléctrico”, dijo el ministerio. "Aumenta los márgenes de producción de electricidad solo para el período más problemático del invierno en enero y febrero de 2022, mientras mantiene el objetivo de una parada definitiva de las plantas de carbón en la Francia continental".
Hasta ahora las centrales térmicas solo tenían un máximo de 700 horas en funcionamiento al año, un tope al que se reegresará en 2023.
Ahora este proyecto está bajo consulta pública y se prevé aprobarlo en los próximos días.
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