Renovables

La industria electrointensiva mira con interés las 'megainstalaciones' de autoconsumo fotovoltaico para sus fábricas

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El autoconsumo fotovoltaico no solo es una opción para el sector residencial, para pymes o empresas en general sino también para la industria electrointensiva. Aunque no es la solución a todos sus problemas para reducir los altos costes energéticos, "sí que hay expectativas en la industria de gran consumo energético con el autoconsumo fotovoltaico", explican fuentes de la Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía (AEGE), "de hecho las empresas del sector renovable ya están haciendo ofertas a las grandes industrias y se están estudiando".

Lo más interesante de las grandes industrias electrointensivas son los grandes espacios con los que cuentan que podrían albergar paneles solares. "Por ejemplo, se está valorando utilizar la cubierta de unos almacenes de una metalúrgica para instalar paneles solares que pudieran sumar una potencia total de unos 300-400 kW aunque solo representaría el 1% del consumo total de la planta", añaden las fuentes, "es un aperitivo, no es la solución a los altos costes energéticos que soportamos".

Pero el autoconsumo fotovoltaico no tiene límites de capacidad. "Tengo conocimiento de una empresa electrointensiva que está estudiando una oferta de unos promotores para una instalación de autoconsumo de unos 10 MW, lo que supondría una quinta parte de lo que esa fábrica necesita, 50 MW, y estaríamos hablando de una planta de tamaño pequeño o mediano, pero si se compara con lo que se está proyectando para el segmento residencial, son números muy grandes".

El consumo medio de electricidad de todos los grupos industriales asociados a AEGE alcanzaron los 23 teravatios hora (TWh) en 2018, y cada uno de ellos suman alrededor de 1 TWh, "así que, haciendo una media a grosso modo, estaríamos hablando de que cada planta consume entre 250 y 300 GWh, por lo que necesitan entre 80 MW y 100 MW de potencia contratada".

Aún así, "los promotores nos dicen que sí salen los números, que es posible, que lo pueden financiar y con los ahorros que vayamos consiguiendo, vamos pagando el coste de la instalación", añaden.

Y es posible porque en algunas fábricas hay sitio suficiente para la instalación de paneles. "En la industria siderúrgica por ejemplo, se almacenan palanquillas, una barra de acero fabricada a partir de acero crudo (es el primer producto que se obtiene) para luego poder trabajar con ellas, y se almacenan en una gran campa" explican, "las dimensiones de ésta suelen ser tan grandes que es posible pensar en llenarla de paneles fotovoltaicos".

Hay ejemplos en el sector del automóvil. La planta de Opel de Figueruelas (Zaragoza) tiene instalados paneles solares con una capacidad de 10 MW que podrían satisfacer la demanda de 4.600 hogares. Son nada menos que 183.000 metros cuadrados de paneles, que aseguran una reducción anual de emisiones de 6.700 toneladas de CO2. "Descubrieron que en vez de tener los coches recién fabricados al sol, era mejor construir unas cubiertas, unos porches que protegieran a los vehículos y a su vez generaran energía sostenible".

Sin embargo, para la gran industria el principal reto no se encuentra en el autoconsumo eléctrico, sino en el térmico. "Lo interesante sería que apareciera una renovable térmica lo suficientemente competitiva para el sector, porque mientras no lo haya, la única opción que tenemos es la cogeneración con gas natural", explican.

El sector industrial tiene que caminar paralelamente al resto de sectores productivos hacia la descarbonización de la economía. Eso no solo significa virar hacia el uso y consumo de las energías renovables sino también mejorar en eficiencia energética. "La industria quiere participar y participa de ese objetivo común, aplicamos medidas de ahorro y eficiencia en todos los procesos, estamos apostando por proyectos de investigación en hidrógeno como sustituto de combustibles más contaminantes, o por ejemplo, llevamos más de 30 años mitigando las curvas de consumo, con el mecanismo de interrumpibilidad o lo que ahora se llama gestión de la demanda".

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