Lo que le sucede a la gran industria electrointensiva española es casi un caso de Cuarto Milenio. Nadie le hace caso y la situación no puede ser más caótica. Les prometen el oro y el moro, pero en realidad lo único que se han llevado es más sustos en el cuerpo.
El último ha sido la subasta de interrumpibilidad para los primeros seis meses de 2020. El Gobierno ha decidido rebajar la partida de ayudas por parar las grandes fábricas en favor del sistema eléctrico español a uno niveles que nunca se habrían imaginado. El Ministerio para la Transición Ecológica solo va a subastar 1.000 MW cuando en la última subasta lo hizo para 2.340 MW, es decir, más del 60% de la capacidad se queda en el camino.
Además, ha eliminado los bloques de 40 MW que eran para las fábricas industriales como Alcoa, Arcelor, Ferroatlántica, Celsa, etc. Los 1.000 MW se subastarán a través de 200 bloques de 5 MW, y claro, con la entrada además de estos actores que luchaban por los otros bloques, la competencia será feroz.
El director general de la patronal de los grandes consumidores de electricidad (AEGE), Fernando Soto, asegura a El Periódico de la Energía, que el precio final de la subasta caerá a niveles muy bajos. "Tanto que puede hacer que muchas fábricas decidan no acudir a la subasta por las pésimas condiciones".
Si un fábrica no acude a la subasta, pierde la oportunidad de recibir unas ayudas por una serie de parones al año, pero si ese dinero que puedan obtener por los MW adjudicados,podría no ser suficiente para cubrir el gasto de las paradas. Por tanto, a lo mejor, alguna compañía decide no acudir a la subasta.
"La foto no puede ser más negra", denuncia Soto. Para el directivo de AEGE, el Gobierno está actuando con irresponsabilidad frente a la gran industria. Hace un año, el Gobierno les prometió un Estatuto del Consumidor Electrointensivo y que estaría a los seis meses. Ya han pasado 12 y el Estatuto sigue en el cajón del Ministerio de Industria.
Soto no entiende que el Gobierno apruebe un RDL de medidas urgentes para retribuir a las renovables y no lo haga con el Estatuto Electrointensivo. "¿Qué pasa con la industria? ¿Por qué a nosotros no?", se pregunta con tono enfadado. "El Gobierno reconoce el problema, pero las medidas no llegan", dice el directivo, "y ahora nos recortan con la interrumpibilidad".
La gran industria española quiere tener las mismas ventajas que tienen en otros países europeos como Francia y Alemania. "Por ejemplo, en Francia, nuestras empresas tienen una reducción del pago de los peajes eléctricos". Eso, aquí en España ni se lo han planteado. El caso es que el coste energético de la industria española es bastante mayor, no por el coste real de la electricidad, sino por las ayudas o compensaciones que obtienen para no perder competitividad.
Todo este tipo de ayudas se controlan desde la Dirección general de Competencia en bruselas. Fuentes del mercado español han señalado a este diario que existen subastas de interrumpibilidad con mayores privilegios que en España. Por ejemplo, en Francia tienen 1.530 MW, o en Portugal se aseguran ayudas por la interrumpibilidad durante 2020 y a unos precios de hasta 35 €/MWh.
El Gobierno se ha escudado en los continuos recortes a la subasta de interrumpibilidad de los dos últimos años a que en Bruselas les han dicho que no se pueden seguir dando este tipo de ayudas. Y eso que la misma comisión aceptó las subastas de interrumpibilidad hace seis años. Pero sin saber muy bien por qué (todo indica porque distorsionan los precios de la electricidad), la Comisión ha decidido frenar los pies a España mientras que lo permite en otros países como los anteriormente mencionados.
Este comportamiento dispar de Bruselas hacia la industria española respecto a sus colegas europeos es algo que preocupa y mucho a los grandes consumidores de electricidad españoles.
El Gobierno iba a cambiar el modelo de ayudas a la industria, pero entre adelantos y repeticiones electorales no ha podido hacer nada y ahora ha sacado con sorpresa una subasta que no gusta a nadie. Este miércoles el secretario de Estado de Energía ha acudido a Bruselas a tratar de convencer a la nueva Comisión para que les permita seguir haciendo subastas.
Domínguez Abascal explicó que mantendrá una reunión con responsables de la dirección general de Competencia de la Comisión Europea, que "en los últimos años" ha puesto "muchas objeciones a cualquier mecanismo de interrumpibilidad en España".
"Les tuvimos que prometer en su momento, hace ya un año, que el año 2019 era la última vez que iba a haber una subasta de interrumpibilidad porque las normas europeas no lo permiten. Hemos forzado la situación para que haya una subasta en el primer semestre de 2020", dijo el secretario de Estado.
Pero en otros países sí lo permiten. El diferente trato a España y su industria por parte de Bruselas es notable e incomprensible.
Fukushima4ever
05/12/2019