La industria eólica en España se enfrenta a desafíos significativos para cumplir con los objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Aunque el PNIEC prevé alcanzar 59 GW de capacidad eólica terrestre para 2030, las proyecciones actuales indican que solo se lograrán 40 GW en ese plazo.
Según el informe anual de WindEurope, se espera que España añada cerca de 13 GW de nueva capacidad eólica terrestre en los próximos seis años, situándola como el segundo mercado más grande de energía eólica en la Unión Europea, después de Alemania. A pesar de un mercado sólido de acuerdos de compra de energía (PPA) y operaciones comerciales, la ausencia de subastas exitosas en 2022 y la falta de subastas en 2023 y 2024 han ralentizado el crecimiento.
Desafíos
Uno de los principales desafíos radica en los procesos de permisos, que presentan diferencias marcadas entre regiones. En Galicia, por ejemplo, el desarrollo de parques eólicos se ha detenido debido a decisiones judiciales que han paralizado la construcción, afectando a 2 GW de proyectos listos para ser ejecutados. A nivel nacional, los procedimientos de permisos son relativamente ineficientes y pueden retrasarse por largos procesos de apelación.
Además, la infraestructura de la red eléctrica enfrenta riesgos de congestión y carece de nuevos puntos de acceso y conexiones, lo que dificulta la integración de la nueva capacidad eólica. Para acercarse a los objetivos gubernamentales, sería necesario un aumento significativo en la tasa de instalación en los últimos años de la década.
Más y más rápido
“Necesitamos más eólica y más rápido”, destacó Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), durante la inauguración de una jornada. “Mantener la capacidad de producción del contingente eólico en España debe ser una prioridad energética, económica, climática e industrial del país. Pero no solo mantener la capacidad de producción de nuestros parques, sino aumentarla progresivamente y con ambición para cumplir la senda del nuevo PNIEC, garantizando la sostenibilidad de las inversiones” añadió.
Según AEE, existen varios retos clave para el sector, entre ellos la protección de la industria eólica, que es la única tecnología renovable fabricada a gran escala en Europa. Para ello, se requieren medidas de política industrial que protejan la cadena de valor "made in and by Europe", así como el refuerzo de las capacidades de la industria española y la vigilancia del cumplimiento de las reglas de comercio internacional para evitar prácticas anticompetitivas.
Otro de los puntos destacados es la necesidad de subastas de energía renovable con un diseño evolucionado, alineado con el Net Zero Industry Act (NZIA). Estas subastas, señalan desde la asociación, deben contemplar criterios de valor añadido más allá del precio, establecer cupos por tecnologías y enfocarse en maximizar la descarbonización del mix energético. También es crucial contar con un calendario y visibilidad a largo plazo para dar seguridad a las inversiones.
El incremento de la electrificación y el acople obligatorio del crecimiento de generación renovable al aumento de la demanda eléctrica es otro desafío clave identificado para evitar escenarios extremos.
Miguel
27/02/2025