Repsol está poniendo las bases de su futuro y éste pasa por las manos del actual consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz. La próxima semana celebra como es habitual en la última de cada mes la reunión del consejo en la que se aprobará la convocatoria de la Junta General de Accionistas que presumiblemente se celebrará el próximo 30 de abril.
El consejo dará el visto bueno a que Imaz dirija la nave y Antonio Brufau pase a un segundo plano. La junta reelegirá al presidente por cuatro años más. Pero será como presidente no ejecutivo. La bicefalia es una figura muy típica en el mundo anglosajón y que gusta más a los inversores institucionales.
Es por ello, que el relevo está en marcha. Imaz cogerá todos los poderes y Brufau se dedicará a actividades más institucionales y de marca. Cabe recordar que es el presidente de la Fundación Repsol.
En la junta se ratificará además al consejero delegado como vocal del consejo. Imaz se convierte así, en el hombre fuerte de la petrolera y en quien se ha depositado toda la confianza para dirigir la compañía en los próximos años.
La reelección de Brufau y la ratificación de Imaz consolidan el modelo de gestión diseñado hace cerca de un año por la compañía, en el que el presidente descargó sus funciones ejecutivas en la recién creada figura del consejero delegado. Aunque Brufau ha continuado mandando hasta ahora.
Este traspaso de competencias se produjo en un momento de transición para la compañía, que acababa de cerrar dos años después un acuerdo con Argentina de indemnización por la expropiación de YPF y que iniciaba el reto de reconfigurar su perímetro de negocio.
Como parte de este cambio de rumbo, Repsol acordó a finales del año pasado la compra de la petrolera canadiense Talisman Energy por cerca de 10.400 millones, en una operación que le permitirá reforzarse en la región OCDE sin perder la estabilidad financiera.
Adiós de Fernández-Cuesta
La llegada de Imaz hace un año dejó a Nemesio Fernández-Cuesta con una mano delante y otra detrás. Tanto que hace unas semanas el que fuera mano derecha de Brufau decidió salir de la petrolera por la puerta de atrás.
Había pasado de dirigir el área de exploración y producción a la dirección comercial y eso no le ha sentado bien. Y ha encontrado una salida en una vieja amiga, la política. A partir de ahora es asesor económico de UPyD.
Repsol todavía no ha decidido quién se hará cargo de la dirección comercial. De momento lo llevan los segundos de Fernández-Cuesta.
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