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La obligada transición energética de las empresas de petróleo y gas: invertir en renovables tiene hasta 10 veces menos riesgo que hacerlo en activos fósiles

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Un nuevo estudio del despacho de abogados internacional CMS revela que la inversión en la transición energética por parte de las principales empresas de gas y petróleo fue la más estable durante la pandemia, a pesar de una caída del 6% en la demanda internacional de energía y las contracciones del mercado cortoplacista.

El estudio llevado a cabo por Capital Economics y CMS ha evaluado las estrategias de las 15 empresas más importantes del sector, y revela que la inversión en la transición energética representó el 4,2% de las principales inversiones de capital en 2020, comparado con el 3,6% en 2019, con la emergencia climática en el centro de los planes de recuperación económica.

Las renovables emergieron como las más resistentes en la crisis reciente y las menos afectadas por los grandes recortes de gasto, aunque el gasto general en energías verdes cayó a 8.100 millones de dólares en 2020 comparado con los 8.800 millones de dólares en 2019. Asimismo, dos tercios de las empresas han anunciado compromisos de emisiones netas para finales de 2020 (comparado con solo un tercio del año anterior). Las nuevas tecnologías, como el hidrógeno, comienzan el camino trazado por las instalaciones de energía solar y eólica hacia su madurez tecnológica.

No obstante, el estudio pone de manifiesto la urgente necesidad de que las empresas de gas y petróleo más importantes aceleren la inversión para que haya alguna posibilidad de limitar el cambio climático a 2 grados centígrados, un área en la que todas tienen carencias.

Al usar escenarios de la Agencia Internacional de Energías Renovables, CMS presenta dos proyecciones para la demanda futura de energía y el potencial para triplicar la inversión durante la próxima década:

  • Escenario 1: Si las políticas existentes y los niveles de inversión continúan, la demanda de energías renovables aumentará de los 8.100 millones de dólares actuales a 10.000 millones de dólares para 2030.
  • Escenario 2: El escenario de transición energética rápida describe una vía de transformación energética ambiciosa pero realista, basada en gran medida en las fuentes de energía renovables y en la mejora constante de la eficiencia energética. Este escenario pondría el sistema energético en el camino necesario para mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2 grados centígrados y hacia 1,5 grados centígrados durante este siglo. En este escenario, la demanda de energías renovables aumenta entorno a un 5% al año, y la inversión anual de las grandes empresas de gas y petróleo en energías renovables aumenta hasta 28.000 millones de dólares del total mundial en 2030.

El pico de la demanda de petróleo se prevé para 2030

Según el informe, es posible que las medidas actuales para contener la pandemia aceleren la tendencia hacia un crecimiento del PIB menos intensivo en petróleo. Aunque se espera que aumente la demanda de países no pertenecientes a la OCDE hasta principios de 2030, CMS vaticina que el pico de producción de petróleo se produzca a nivel mundial en torno al 2030, lo cual implica un escenario de demanda a la baja, un amplio suministro de gas y petróleo y costes marginales más bajos. Ya se empieza a ver la posibilidad de que el pico del petróleo se produzca en una fecha más temprana en las ventas de activos y amortizaciones en los balances.

Caminos hacia la descarbonización

Algunas de las herramientas disponibles para el cambio transformacional podrían ser las fusiones y adquisiciones de empresas establecidas en los mercados de la electricidad o la energía limpia, donde las empresas de gas y petróleo tienen la oportunidad de aplicar su profunda experiencia en torno a las estrategias de precios en nuevas esferas.

Alternativamente, las inversiones de capital riesgo y la captación de fondos privados también pueden permitir a las grandes empresas de gas y petróleo participar en nuevas empresas centradas en las energías renovables, como demuestra la inversión de Petronas en una empresa de energía solar. Más allá de la inversión, también hay oportunidades de que se produzca un impulso creativo colectivo en temas como el precio del carbono a través del I+D y asociaciones con universidades.

Barreras al progreso

A pesar de una perspectiva general positiva para la transición energética y el relevante papel de las principales empresas de gas y petróleo en ese proceso, todavía existe una combinación de barreras a corto y largo plazo.

  1. Normativa cambiante y estándares elevados – las empresas de gas y petróleo tendrán que ser más flexibles y seguir adaptándose a los rápidos cambios en el entorno regulatorio que rodea a la transición energética. La creciente presión de la sociedad en general, de los inversores y de los costes derivados de unas expectativas más estrictas o de la normativa de cumplimiento también podría poner a prueba la capacidad de las empresas para seguir siendo competitivas.
  2. Capacidad de adaptación financiera– la menor rentabilidad de las principales empresas de gas y petróleo y la caída en las valoraciones de activos de las empresas de combustibles fósiles a medida que se vayan amortizando los activos de combustibles fósiles en los balances podría dificultar la inversión en renovables.
  3. Competencia entre las empresas líderes –, las empresas eléctricas tienen más experiencia que las nuevas empresas de gas y petróleo que tienen que adaptarse a un modelo de energía distinto, invertir en tecnología para abaratar los gastos de los consumidores e intentar desarrollar una ventaja competitiva.
  4. Incertidumbre en torno a la tecnología y los beneficios – la velocidad del cambio tecnológico puede crear incertidumbre acerca de qué tecnología invertir, teniendo en cuenta las dudas sobre el atractivo del retorno. Las empresas de gas y petróleo deben estar convencidas de que habrá un mercado para las nuevas tecnologías que siguen siendo caras. Sin embargo, en la experiencia reciente (por ejemplo, con la tecnología eólica marina) suele haber un punto de inflexión en el que la tecnología se normaliza repentinamente.
  5. Retrasos por el Covid 19 – la incertidumbre económica sostenida con motivo de una pandemia larga y la ineficacia (potencial) de la vacuna podrían compensar la inversión en energías renovables, retrasando y paralizando potencialmente las nuevas inversiones en renovables por parte de las principales empresas de gas y petróleo.

Ignacio Grangel, socio responsable de la práctica de Sectores Regulados de CMS Albiñana & Suárez de Lezo comenta: “Las empresas de hidrocarburos se están adaptando a las necesidades derivadas de la transición energética comprometiéndose a reducir sus emisiones de CO2, invirtiendo en energías renovables y negocios sostenibles. El consumo de gas y petróleo se mantendrá en los niveles actuales hasta 2030 si bien está ralentizándose su crecimiento. Los hidrocarburos seguirán formando parte del mix energético mientras el desarrollo tecnológico no permita mantener el nivel actual de calidad y seguridad del suministro con fuentes de energía no emisoras”.

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