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La ONU saca los colores a España por el impacto de las centrales de carbón en la salud de los niños

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El Gobierno español quiere mantener abiertas a toda costa el mayor número de centrales de carbón. Pero a Álvaro Nadal y compañía le han sacado la tarjeta amarilla por ello. Y no lo ha hecho un cualquiera. Ha sido Naciones Unidas, la ONU ha sacado los colores a España por el impacto de las centrales de carbón en la salud de los más pequeños, de los niños y jóvenes españoles.

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha dado a conocer un informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU en el que se basa en el impacto de las centrales de carbón en los derechos de los niños. Algo parecido a lo que publicó en 2017 la propia IIDMA junto a el CIEL (Center for International Environmental Law).

El informe de la ONU recomienda a España que debe diseñar una estrategia sólida con dotación presupuestaria para el abandono del carbón con el objetivo de luchar contra la contaminación atmosférica y el cambio climático.

La emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes como el NOx, el SO2 y partículas procedentes de las centrales térmicas de carbón afecta de forma directa a la salud de los niños tanto en el territorio de España como fuera de su jurisdicción, y también impacta en otros derechos protegidos por la Convención de los Derechos de los Niños debido a los negativos efectos del cambio climático, explica el IIDMA.

Concretamente, el Comité de Naciones Unidas "recomienda al Estado español que lleve a cabo una evaluación de los impactos de la contaminación atmosférica generada por las centrales térmicas de carbón en la salud de los niños/adolescentes y en el clima, que sirva como base para diseñar una estrategia para remediar dicha situación y regular de manera estricta las emisiones máximas de contaminantes atmosféricos, incluyendo las generadas por parte de empresas privadas".

A pesar de estas duras advertencias, la ONU da de plazo al Estado español para que tome cartas en el asunto. Así, España debe presentar un informe de seguimiento del cumplimiento de estas recomendaciones en enero de 2023, período en el que se llevará a cabo el siguiente examen.

Alto coste sanitario

Y es que los números son para tenerlos en cuenta. Según el IIDMA, las emisiones de las centrales de carbón se pueden relacionar con 10.521 casos de asma y 1.233 casos de bronquitis en un año en la población infantil, además de costes sanitarios asociados de 1,14 millones de euros.

Actualmente están en funcionamiento 15 centrales de carbón en España, que emiten 105.650 toneladas de SO2, 83.723 toneladas de NOx y 4.008 toneladas de partículas, que se relacionan con alrededor de 700 muertes prematuras anuales.

"Estas Recomendaciones por parte de Naciones Unidas son una buena noticia para España. Es muy importante que un organismo dela ONU esté haciendo una llamada de atención tan enérgica a España sobre los efectos de las emisiones de las centrales de carbón tanto en la salud de los niños como en el cambio climático, ya que supone un importante precedente. Es urgente que se elabore la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, además de un plan de cierre progresivo y ordenado para el cierre de las centrales térmicas de carbón. Asimismo, no debemos olvidar que pronto España deberá contar con un Plan de Energía y Clima como una de las exigencias del paquete de energía limpia de la UE. España siendo un país especialmente vulnerable no se está preparando para afrontar el cambio climático", afirma Ana Barreira, directora de IIDMA.

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Un comentario

  • Miguel

    Miguel

    14/02/2018

    Lo que tienen que seguir haciendo las centrales de carbón es continuar invirtiendo en filtros de partículas para que los gases de la combustión salgan cada vez más limpios..
    España irá cerrando las centrales de carbón y gas a medida que se vayan instalando más energía renovable solar , eólica, y centrales hidroeléctricas de bombeo. Siguiendo nuestra hoja de ruta, nadie nos tiene que marcar nuestro camino.
    La ONU no saca los colores a nadie, se los sacan a ellos mismos, que no está más que llevo de fanáticos del cambio climático y que todo lo hacen y basan en el cambio climático. Ni siquiera se han molestado en presentar un modelo matemático que tomen de base para sus argumentos y acciones. Se han convertido en unos meros charlatanes que se dedican a meter presión en base a actos de fe, como si fuese una religión o secta.
    Por favor señores de la ONU. Presenten un modelo matemático a disposición pública para que la comunidad científica pueda rebatirlo, y déjense de presiones estilo santa Inquisición.

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