El apagón que dejó sin electricidad a España y Portugal el pasado 28 de abril de 2025, considerado por ENTSO-E como el incidente más grave en más de dos décadas en el sistema eléctrico europeo, fue seguido por un complejo proceso de restauración que concluyó durante la madrugada del 29 de abril.
El informe factual publicado por la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E) describe con detalle cómo se logró devolver la normalidad a ambos países tras más de doce horas de trabajos coordinados.
Desde el primer momento, los operadores de sistema de ambos países, Red Eléctrica en España y REN en Portugal, activaron sus planes de emergencia conforme a la normativa europea sobre restauración de redes en caso de crisis. Francia, a través de su operador RTE, y Marruecos, mediante la empresa pública ONEE, también desempeñaron un papel decisivo al aportar apoyo a través de las interconexiones internacionales.
Estrategia
La estrategia consistió en reenergizar progresivamente la red a partir de diferentes puntos, combinando lo que los técnicos denominan la vía “de arriba hacia abajo” —apoyándose en la tensión recibida desde Francia y Marruecos— con la vía “de abajo hacia arriba”, basada en el arranque autónomo de centrales hidroeléctricas y de ciclo combinado dotadas de capacidad de black-start.
En el caso español, Red Eléctrica consiguió, en las primeras horas de la tarde, poner en marcha varias islas eléctricas gracias a la reactivación de centrales hidroeléctricas y a la utilización de las conexiones internacionales. Hacia las 12:43 ya se había reenergizado una primera línea con Francia y poco después se sumó otra, lo que permitió que los primeros núcleos de red aislada volvieran a sincronizarse con el sistema continental europeo.
La interconexión con Marruecos también se reactivó a primera hora de la tarde, aunque sufrió una desconexión que obligó a repetir la operación. Con la progresiva incorporación de centrales térmicas e hidroeléctricas, España logró estabilizar su sistema y avanzar en la recuperación de la frecuencia.
Portugal afrontó mayores dificultades en los compases iniciales, ya que los intentos de arranque autónomo de sus plantas de referencia no tuvieron éxito inmediato. Sin embargo, a partir de las 15:40, la central hidroeléctrica HPP 1-Centro logró aportar tensión, lo que permitió iniciar la reconexión de cargas en distintas zonas del país. A medida que avanzaba la tarde, la interconexión entre Aldeadávila, en Salamanca, y Pocinho, en el norte portugués, devolvió a la red lusa la frecuencia continental, facilitando la reintegración de su sistema con el conjunto europeo.
Proceso lento y exigente
El proceso fue lento y exigente. Hubo que reconstruir redes a base de “islas eléctricas” que se iban sincronizando entre sí y con los sistemas vecinos, lo que supuso un ejercicio de coordinación sin precedentes. A las 18:36, Portugal ya recibía tensión desde España y poco después comenzó a recuperar zonas críticas como Lisboa y el Algarve. En paralelo, España fue sumando progresivamente centrales a la red: a las 21:20 ya había trece plantas térmicas en funcionamiento y poco antes de la medianoche eran veintiuna, lo que consolidó la estabilidad de la red.
La medianoche marcó un punto de inflexión en el proceso. A las 00:22 del 29 de abril, REN informó de que la red de transporte portuguesa había quedado completamente restablecida. España completó su propia recuperación a las 04:00, cuando Red Eléctrica declaró la plena restauración de su sistema de transporte. En las horas siguientes se reincorporaron paulatinamente las energías renovables y se reanudaron las actividades del mercado eléctrico, que quedaron totalmente normalizadas el 30 de abril.
El informe de ENTSO-E subraya que, pese a la magnitud del incidente y a los fallos iniciales en algunos arranques de emergencia, la respuesta demostró la capacidad de resiliencia del sistema europeo. La cooperación entre los operadores de España, Portugal, Francia y Marruecos fue esencial para evitar un apagón prolongado y daños mayores en la economía y en la vida cotidiana de los ciudadanos.
La investigación definitiva sobre las causas se presentará en los próximos meses, pero la secuencia de la restauración ya ofrece una conclusión clara: en una crisis sin precedentes, la coordinación internacional y la preparación previa fueron las claves para devolver la luz a la península ibérica.
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