Renovables

La transformación de Cegasa: de la quiebra de sus pilas alcalinas a las baterías de ion-litio para autoconsumo

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¿Quién dice que las empresas españolas no pueden reinventarse y resurgir de las cenizas? La crónica de las históricas pilas Cegasa es un ejemplo de ello. Esta empresa alavesa fundada en 1934 llegó a facturar 13.000 millones de pesetas (más de 78 millones de euros) en la década de los 90 y hasta 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros) de beneficios, para después entrar en quiebra unos años después y volver a nacer.

En 2008 anunciaba que dejaba de producir aquello para lo cual se creó y que desde entonces había sido su producto más reconocido: las pilas. No pudieron hacer frente a la competencia de los países de bajo coste. Solo el año anterior, arrojaba unas pérdidas económicas de 22,5 millones de euros y sus perspectivas de futuro seguían la tendencia de los números rojos.

Pero ¿cómo consiguió salir de ese callejón sin salida? Juan Carlos Ordóñez, director comercial de la compañía, recuerda que "Cegasa ya contaba con una potente división de I+D y otra división de fabricación de pilas industriales y profesionales, y entre 2000 y 2001 empezaron a investigar nuevas aplicaciones con litio". De hecho se la considera como una de las empresas pionera en Europa en la aplicación y desarrollo de soluciones de ion-litio y su aplicación a las diferentes necesidades de potencia y energía en el ámbito industrial.

Y no solo se centraron en el litio, también trabajaron en pilas de hidrógeno, pero finalmente ha sido la primera tecnología quien más recorrido ha tenido. "Actualmente tenemos varias líneas de negocio en la comercialización de las baterías de litio, y aunque es cierto que en España todavía el mercado es incipiente y que esperamos que en el futuro próximo se active, seguiremos manteniendo nuestras líneas de trabajo", explica Ordóñez, "es decir, exportar el 95% de nuestros productos, principalmente a Alemania, pero también a Francia y otros países europeos, que son nuestros principales destinos".

En 2014 fue resucitada por el fondo de inversión Sherpa. En realidad, compró parte del negocio de la empresa -concretamente el referido a las pilas, comercio de manganeso y comercio de energía y luz- después de que la histórica firma ubicada en Vitoria presentase concurso de acreedores en marzo. Desde entonces, ha ido remontando poco a poco y sus baterías industriales ya copan más del 50% del mercado mundial, se producen 900 millones de pilas al año con la química que fabrica Cegasa y desarrolla el eLion, la batería de Litio-LFP para la sustitución de la batería de plomo.

Su siguiente paso es apostar firmemente por las renovables y los sistemas de almacenamiento. "Tenemos un sistema de almacenamiento modular que va desde los 15 Kwh hasta 1 Mwh y lo mismo sirve para un autoconsumo fotovoltaico residencial que para industrias, complejos hoteleros o cualquier necesidad que surja", concluye el director comercial. Ese sistema se ofrece incluso como opción válida para instalaciones aisladas.

Cegasa no es el único ejemplo de empresas españolas innovadoras que están apostando por el mercado de las baterías eléctricas, pero demuestra que es posible adaptarse a los nuevos tiempos y prepararse para la transición energética y las nuevas tecnologías.

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