Mientras China celebra el décimo aniversario de sus reformas al mercado eléctrico y se prepara para su 15º Plan Quinquenal, el país enfrenta decisiones cruciales que darán forma a su camino hacia las emisiones netas cero. Estas decisiones también tendrán repercusiones a nivel global, con la COP30 en el horizonte y una creciente presión por una descarbonización más rápida.
Reforma del mercado eléctrico
Las reformas del mercado eléctrico en China han transformado la forma en que se comercializa y se fija el precio de la electricidad. En la última década, el sistema ha dejado atrás las tarifas fijas y la compra garantizada para avanzar hacia el comercio mayorista competitivo, mecanismos de mercado para servicios auxiliares y un traspaso gradual de los costos a los usuarios finales.
Los proyectos de energías renovables se han visto particularmente afectados, ya que la expansión de los mercados spot ha intensificado la "canibalización de precios".
Antes de 2015, los desarrolladores competían principalmente ampliando la capacidad rápidamente y aprovechando sus vínculos con los gobiernos central y locales para obtener aprobaciones. Ese modelo ha demostrado ser insostenible a medida que el crecimiento de la demanda se desacelera, lo que impulsó la necesidad de una reforma.
El progreso sigue siendo desigual entre provincias, y el diseño del mercado eléctrico chino continúa siendo distinto al de las normas globales, lo que lo convierte tanto en un desafío como en un caso de estudio único para la transición energética global.
Oportunidades internacionales
Las empresas chinas están ampliando su presencia en el sector global de energía limpia, invirtiendo un promedio de 4-5 gigavatios de capacidad eólica y solar en el extranjero cada año durante los últimos seis años. Estas inversiones se apoyan en la fortaleza manufacturera de China y extienden su influencia en la transición energética global.









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