Las importaciones de gas ruso en la Unión Europea aumentaron un 18% en 2024, impulsadas por los incrementos de Italia, Chequia y Francia, pese a que la Comisión Europea aspira a acabar completamente con las compras de ese hidrocarburo a Moscú como tarde en 2027.
El análisis difundido hoy por el centro de pensamiento Ember, con sede en Londres, arroja también que la UE planea un aumento del 54 % de su capacidad de importación de gas natural licuado (GNL) aunque las proyecciones apuntan a que la demanda de gas se mantendrá estable hasta 2030.
"Esto genera el riesgo de una sobreinversión considerable, con un suministro de gas fósil que superará la demanda en un 26% en 2030. Este nivel de sobreinversión (de 131.000 millones de metros cúbicos) equivale a la demanda anual combinada de Alemania, Francia y Polonia", indicó Ember en un comunicado.
El analista Pawel Czyzak de ese laboratorio de reflexión centrado en la energía calificó de "escándalo" que la UE siga importando gas ruso.
Esa plataforma recordó que al inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania la Comisión Europea presentó una hoja de ruta para extinguir esas compras en 2027, plan que el Ejecutivo comunitario actualizará "muy pronto", según ha declarado en las últimas semanas el comisario europeo de Energía, Dan Jørgensen.
"En lugar de invertir en verdaderas alternativas como las energías renovables y la eficiencia energética para cortar las importaciones rusas, los Estados miembros están desperdiciando dinero en infraestructuras de GNL costosas que ni siquiera se utilizarán", lamentó Czyzak.
Gas más caro
El análisis de Ember arroja también que los precios del gas aumentaron un 59% en la UE en 2024, tras "años de volatilidad de precios desde la invasión rusa de Ucrania", lo que supone que el precio de referencia del gas europeo se sitúa aproximadamente en "el doble de los niveles previos a la crisis".
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