
La falta de material generada por la negligencia en el abastecimiento al mercado europeo provocó un ligero aumento de los precios de módulos fotovoltaicos chinos en el mes de enero a pesar de que la demanda está contenida. El suministro de módulos solares policristalinos de los fabricantes fotovoltaicos chinos establecidos en el mercado europeo se ha reducido a un goteo. Los precios de mercado factibles no están en conformidad con los precios que permite el mercado. En muchos casos, los módulos monocristalinos de alta eficiencia son los únicos que lo hacen en el mercado, el cual ha requerido un aumento general de los precios.
El coste de los paneles procedentes de Japón y Corea del Sur fueron generalmente constantes en Europa en los albores del año, con mayor razón porque ocupan el extremo superior de la escala de precios. (Ver gráfico) Fluctuaciones actuales de los precios son más el resultado de errores de redondeo que los indicadores de tendencia. Los módulos solares alemanes están desapareciendo poco a poco del mercado, tras la salida de Bosch, Conergy, Centrosolar, Hanwha Q Cells y otros. Y es una incógnita cuándo los productos de Solarfabrik y Aleo Solar estarán disponibles.
Las importaciones procedentes de otras regiones al margen de China no están sujetas a la regulación de precios. China, por tanto, no influye necesariamente en el mercado en la medida en que todo el mundo dice que lo hace. A lo sumo, da lugar a restricciones a la importación y los cambios arrullan a los fabricantes nacionales en un supuesto sentimiento de seguridad mientras se produce el rudo despertar.
Entre tanto, ¿quién se beneficia de la regulación antidumping europea? ¿Quiénes son los que salen beneficiados de todo ello y y quiénes son los perdedores? Frank Asbeck, de SolarWorld AG, uno de los iniciadores de las denuncias antidumping en EEUU y la UE, ha logrado sobrevivir en la mayoría de sus negocios internacionales. Más de la mitad de las ventas de la empresa se realizan ahora fuera de Europa, y las cifras están creciendo. Otros fabricantes europeos, como REC Group de Noruega, también hace tiempo que han globalizado sus empresas. A pesar de que todavía sirven al mercado interno, fabrican sus productos casi exclusivamente en Asia, según informa PV Magazine.
Sin embargo, la comisión de la UE se está pegando por las limitaciones a la importación. Se rumorea que el precio mínimo de importación (MIP) se incrementará incluso en el transcurso de este año. Los fabricantes del Sudeste Asiático pondrán la mejor de sus sonrisas cuando escuchen las noticias. Estas empresas ya están fabricando sus productos con poca presión sobre los precios y a plena capacidad general. Las órdenes vienen de las grandes empresas chinas que temporalmente cambiaron su producción.
En Europa, muchos mayoristas e instaladores fotovoltaicos ya han abandonado el mercado debido a que los precios de sus productos son incapaces de seguir el ritmo de disminución de los incentivos a la industria fotovoltaica. El resultado es una continua erosión de la capacidad de atracción de los sistemas y la demanda de fotovoltaica. En conjunto, esto ha causado probablemente una pérdida mucho más significativa de empleos en la industria solar de los que las medidas proteccionistas de la Comisión Europea han salvado en un puñado de instalaciones de producción nacionales. Es hora de liberar el comercio internacional de productos fotovoltaicos de nuevo para que reducción de costes y la consiguiente reducción de los precios por fin se puede transmitir al mercado.